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viernes, 8 de mayo de 2015

La gran banca extranjera bajo sospecha

Hernán Arbizu, ex directivo del JP Morgan, declaró ante la comisión parlamentaria por el caso HSBC que “existen 400 mil millones de dólares de argentinos en el extranjero”, de grandes empresas y familias ricas, que los fugaron a través de la banca privada.

El origen de los fondos fugados del país no son el tráfico de drogas ni el financiamiento del terrorismo, en Argentina el lavado de dinero proviene de la evasión impositiva”, afirmó ayer Hernán Arbizu, ex vicepresidente del JP Morgan. Durante su declaración frente a la comisión bicameral del Congreso, creada para investigar maniobras de evasión y fuga de divisas, el ex banquero ofreció detalles sobre las distintas operatorias canalizadas a través del sistema financiero. A lo largo de una hora y media, Arbizu reiteró que en el negocio de banca privada utilizado para girar fondos no declarados de grandes empresas e individuos ricos argentinos al exterior no sólo participa el HSBC, entidad denunciada por la AFIP, sino también otras entidades como el Citibank, UBS, Credit Suisse, Santander, BBVA, Goldman Sachs y su ex empleador, JP Morgan.
“Existen 400 mil millones de dólares de argentinos en el extranjero y yo era parte de ese negocio”, sostuvo Arbizu al presentarse frente al grupo parlamentario impulsado tras la denuncia de la AFIP contra los 4040 argentinos con 3500 millones de dólares en una sucursal suiza del HSBC. El ex banquero trabajó durante 20 años en diferentes entidades financieras, siempre en el segmento de banca privada. Como Hervé Falciani, el ingeniero informático que robó los datos de 126 mil cuentas en el holding británico-asiático, Arbizu presentó a la Justicia argentina en 2008 un listado de 469 clientes del JP Morgan de Nueva York que habrían sacado alrededor de 400 millones de dólares del país sin declararlos. “El JP Morgan me denunció por fraude. Yo presenté la información en la Justicia y lo hice para salvar mi cabeza, pero me he dado cuenta de que la evasión fiscal es un cáncer que afecta a la Argentina”, reconoció al explicar las motivaciones de su “arrepentimiento”.
“Entre los clientes argentinos de la banca privada puede haber inversiones en los fondos buitre de NML Capital y Dart”, advirtió el ex banquero, mientras detallaba el destino de los fondos fugados del país. Durante su intervención ante el grupo parlamentario, Arbizu estimó que “el 65 por ciento de las divisas fugadas de la Argentina está en el sistema financiero de Estados Unidos y, en menor medida, en Suiza y Uruguay”.
“En Argentina se ofrece el servicio de intermediación con los bancos a los clientes”, indicó. Al explicar cómo lograban ampliar sus operaciones, mencionó el accionar de facilitadores como Alfonso Prat Gay y Miguel Abadi, ambos denunciados por la AFIP. “Prat Gay está denunciado y usted está con pedido de extradición a Estados Unidos. Recalco la situación personal de Arbizu porque la verdad, en boca de un mentiroso, parece mentira. El es quien facilitó la evasión en Argentina y estafó en Estados Unidos y se autoincriminó para que no lo extraditen”, lanzó el diputado radical Ricardo Buryaile.
“El señor Arbizu reconoció que cometió delitos. Lo mismo hizo el contador de Al Capone y la Justicia norteamericana no dudó en usar su información para avanzar en la investigación. Hay un intento de quitarle validez a lo que dice. Yo sé cuál es su situación judicial, lo que hizo estaba mal. Pero nos viene a ofrecer detalles sobre el sistema montado para facilitar la fuga y la evasión”, explicó Carlos Heller. “Prat Gay está denunciado por la AFIP como facilitador. Hasta que la Justicia no se expida, respetemos las presunciones de inocencia”, lanzó Roberto Feletti.
Arbizu puso en duda las afirmaciones de diferentes empresas que aseguraron que sus cuentas en el HSBC de Ginebra eran transaccionales. “La banca privada es un servicio muy caro al que no le sirven las cuentas transaccionales de cobro y emisión de pagos donde el saldo mensual tiende a cero. El banco necesita que el dinero esté anclado. Son cuentas que se usan para ahorrar e invertir y, en el caso argentino, para evadir impuestos y lavar dinero”, expresó “el arrepentido” al estimar que, abrir y mantener una cuenta en Suiza, cuesta como mínimo 10 mil dólares al año.

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