Fiesta del PCE 2010

En la carpa de Cuba con la bandera de la Revolución

Ruta de Aigualluts cerca de Benasque

En la pradera después de Aigualluts, a los pies del Aneto.

Impresionante cascada de Aigulluts

La espectacularidad de esta cascada es para no olvidarse de ella.

Las Gradas de Soaso

Un espectaculo en los Pirineos Aragones

Cascadas de la Larri en, la espectacularidad alubrada a nuestros ojos

Un valle Glaciar eún vivo en los Pirineos Aragones

A los pies del las agujas del Pico Perramo, con su ibón

Otro rincón sin desperdicio pero muy duro de alcanzar

La Alhambra de Granada

La Alhambra desplegando toda su majestuosidad por la noche

La Alhambra de Granada

El patio de los Leones después de su restauración

Caracassonne

Ciudad Patrimonio de la Humanidad al sur de Francia

Mont Saint Michel

En la Normandia francesa se encuentra emplazada esta abadía espectacular

Castillo de Chambord

En el Valle del Loira, merece la pena ver este chateau

La Cueva de Zugarramurdi

En el norte de Navarra, se encuentra este lugar misterioso

En el alto del Mugrón

Una jornada de reivindicación con la Plataforma contra el ATC de Zarra.

Vista Labor de Torregrande

Edificio centenario con planta defensiva acastillada en Almansa.

Fiesta PCE 2012

Cayo Lara apoyo la reivindicación de la Coordinadora en Defensa del Hospital de Almansa para su no privatización.

Marchas de la Dignidad

En pleno tramo de Chinchilla a Albacete de camino a Madrid con las Marchas 22-M.

Fiesta PCE 2014

Un rato distraido con Cayo Lara en los puestos de la Fiesta del PCE.

Fiesta PCE 2014

Gines Fernandez el Director de Mundo Obrero, mítico periódico del PCE.

Marchas de la Dignidad Almansa

Movilización contra los recortes sociales y libertades colectivas, reclamando Pan, Techo, Trabajo y Dignidad 21.03.2015.

VIDEOS MARXISTAS, MATERIALISMO HISTORICO, DIALECTICA, SOCIALISMO CIENTÍFICO. FILOSOFÍA MARXISTA
PACIFISMO BURGUÉS Y PACIFISMO REVOLUCIONARIO
MARX: DIALÉCTICA, HISTORIA Y COLONIALISMOS
HISTORIA DEL MARXISMO:CLASE 1-INTRODUCCIÓN

sábado, 28 de noviembre de 2015

Las guerras no aparecen por ciencia infusa, son fruto de los intereses de las clases dominantes.

Vaya de antemano mi posición contra las barbaries de las guerras que se ceban siempre sobre los más débiles y desprotegidos de la sociedad. Dicho esto y diseccionando el manifiesto de lectura de mañana en las concentraciones contra la probable participación de España en una eventual intervención en Siria, habría que matizar algunos aspectos.



El primero de ellos es el de que por si no se habían dado cuenta en el mundo hay un sin fin de conflictos, en la gran mayoría de ellos auspiciados y fomentados por quienes tenemos como aliados, apenas si aparece en este manifiesto.



Es cuando se producen los atentados de París, cuando se aceleran las opiniones y contraopiniones, evitando un análisis general de la coyuntura desde sus inicios y donde priman los intereses geoestrategicos de las potencias occidentales, obviándolos del debate y reduciéndolo a una visión eurocentrista. Quiero decir con esto, pocos fuimos quienes nos dispusimos contra la agresión a Libia, a Ucrania o antes a Yugoslavia, por poner unos ejemplos. Salimos en el "No a la guerra" a la intervención en Irak porque era ilegitimo entrar a sangre y fuego en ese país soberano por medio de mentiras y manipulaciones, pero posteriormente los poderosos colaron de rondón intervenciones inaceptables.



Con seguridad estaré muy de acuerdo con muchas de las personas que por buena voluntad acudan a esta muestra de repudio hacía la guerra, pero se me hace un mundo soportar como entre estas personas firmantes del manifiesto se encuentran algunas a las que las intervenciones otanistas en países soberanos antes mencionados, solo les ha faltado hacer palmas con las orejas.



Del enunciado del manifiesto sacaría una frase desgraciada que busca equiparar a quienes irían allí a intervenir en el conflicto para asegurar sus intereses de clase, diría yo, con los que están luchando desde el gobierno legitimo de Siria hace 5 años para que su territorio no se convierta en un estado fallido, como llevan intención de convertir estos que tienen ese ánimo guerrero. El enunciado en sí es totalmente desafortunado y fuera de lugar metiendo en un todo con el " unos y otros trafican con influencias, armas e intereses geoestrategicos". De este modo lo que se da a entender es que quienes están sufriendo la desestabilización del país han de permitir se termine de desestabilizar Siria y los que quieren ir allí a intervenir en el conflicto que no lo hagan. Hago notar la lectura del conflicto que hace el PP como la que mejor sabe que hacer para sus intereses de clase, frente a posturas que renuncian a ciertos aspectos cruciales.



A mi entender cierta progresía del buen rollismo, paz zen y ni buenos ni malos termina por favorecer los planes del imperialismo tendentes a desestabilizar zonas concretas del planeta para generar nuevos territorios de apropiación de recursos tanto naturales como humanos. Y es que la democracia y DDHH entendidos con los cálculos económicos de occidente son incompatibles con la vida y la autodeterminación de los Pueblos en muchas ocasiones.



De poco sirve un manifiesto si en su redacción se eliminan consideraciones como quienes han armado a estos criminales yihadistas, quienes les siguen apoyando con la excusa de decir que son "moderados", quienes empezaron y no han terminado de menear el tablero en esa zona del mundo, porque se continua financiando, comprando el petroleo que esos sanguinarios roban al Pueblo de Siria y venden en nuestras gasolineras o los proveen de armas a través de intermediarios para que sigan teniendo capacidad destructora.




Todo esto es básico para que se consiga acabar con la bestia que creó el imperialismo yanki para sus fines espurios hace muchas décadas ya en Afganistán para sacar a los soviéticos de suelo afgano. Pero claro esto no merece la pena moverlo, pues pertenece al siglo pasado y no se ha de mirar para atrás, no se vean las vergüenzas propias.


Lectura del Manifiesto del 28 de Noviembre contra la guerra: pinchad aquí

martes, 24 de noviembre de 2015

Yes, Sir!

Tal como se preveía, no habían transcurrido doce horas desde su victoria electoral cuando en su conferencia de prensa de ayer Mauricio Macri ratificó su vocación de convertirse en un proxy de Washington en la región. En línea con los deseos de la Casa Blanca arremetió contra la República Bolivariana de Venezuela y confirmó que solicitaría la suspensión de ese país como miembro del Mercosur porque, según él, habría infringido la cláusula democrática al “perseguir a los opositores y no respetar la libertad de expresión”.

     Derrocar al gobierno bolivariano es una vieja obsesión del gobierno de Estados Unidos, para cuyo efecto no ha reparado en límite o escrúpulo alguno. Hasta ahora su ofensiva sólo había encontrado un socio dispuesto a avanzar por ese escabroso sendero: el narcopolítico colombiano Álvaro Uribe. Juan M. Santos, que lo sucedió en el Palacio Nariño, no se prestó a tan peligroso juego. Es más, el conservador presidente colombiano no se ha cansado de agradecerle a Venezuela su colaboración en el proceso de paz en curso en La Habana. Macri parece ignorar estas sutilezas de la política internacional y ser un hombre temerario y de frágil memoria, combinación peligrosa si las hay. Habría que recordarle que la sumisión incondicional al imperio ya se practicó en la Argentina durante el menemato, con el nombre de “relaciones carnales”, y que este país pagó con sangre tamaña insensatez. No se entiende por qué habría de repetir ese desatino, salvo para dar cumplimiento a un acuerdo secreto con la Casa Blanca cuya contrapartida seguramente no tardaremos en conocer.

      Macri parece no haber sido tampoco informado que el pasado 28 de Octubre la República Bolivariana fue reelegida para integrar el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.  La Asamblea General de la organización aprobó esa resolución con 131 votos, sobre un total de 192 miembros. Formular las acusaciones que hizo Macri pasando por alto un dato tan significativo como este, que ratifica la presencia de Venezuela en un organismo en el cual participan países como Francia, Estados Unidos, Alemania y Japón, es por lo menos un acto de llamativa irresponsabilidad o una muestra de peligroso amauterismo en el manejo de las relaciones internacionales. ¿Cree acaso que los países del Mercosur van a acompañar su arrebato antibolivariano? ¿Ignora que las decisiones del Mercosur requieren el consenso de todos sus miembros? Para empezar, el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa se apresuró a declarar que su país “no ve razón para aplicar la cláusula democrática a Venezuela en el Mercosur.” Y lo más probable es que el gobierno brasileño siga el mismo curso de acción, en cuyo caso las amenazas de Macri caerían producto de su inviabilidad política. 

        
Volviendo al caso de los opositores políticos en Venezuela,  ¿qué diría Macri si en los próximos días, siguiendo el ejemplo de Leopoldo López, Daniel Scioli hiciese público su desconocimiento del resultado electoral y poco después del 10 de Diciembre intensificase esa campaña movilizando contactos internacionales e impulsando, cada vez con mayor fuerza acciones violentas exigiendo “la salida” extraconstitucional de un “gobierno ilegítimo” apelando a procedimientos vetados por la constitución y las leyes de la república? ¿Llamaría en tal hipotético caso a Scioli un “opositor político” o lo calificaría, en función de la normativa vigente, como un político incurso en el delito de sedición, que en este país tiene una pena que oscila entre los cinco y veinticinco años de prisión. La legislación venezolana es similar a la argentina y ambas a la de Estados Unidos, donde el delito tiene una penalidad que, en ciertos casos, llega hasta la prisión perpetua o la pena de muerte. En realidad López, cuya mujer estuvo la noche del domingo en los festejos del bunker de Cambiemos, no es un “disidente político” injustamente perseguido por el gobierno bolivariano. Es el cabecilla de un intento de alterar por la fuerza el orden constitucional vigente en su país y derrocar al gobierno surgido de elecciones en un sistema que el ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter dijo que era “más confiable y transparente que el nuestro.” Para ello contó con la colaboración de Uribe, para reclutar un numeroso grupo de mercenarios que camuflados como heroicos “jóvenes universitarios” luchaban valientemente para restaurar las libertades conculcadas en su país. Lanzados a las calles para impulsar “la salida” de Maduro y el derrumbe del orden institucional vigente hicieron uso de cuanta forma imaginable de violencia pueda existir, desde incendios de escuelas y guarderías infantiles hasta la destrucción de medios de transporte públicos y privados, combinado con ataques violentos a universidades y centros de salud, erección de “guarimbas” (barricadas desde las cuales se controlaban los movimientos de la población y se apaleaba o asesinaba impunemente a quienes osaran desafiar su prepotencia) y asesinatos varios. Como producto de estos desmanes murieron 43 personas, la mayoría de ellas simpatizantes chavistas o personal de las fuerzas de seguridad del estado. Tiempo después se descubrió que buena parte de los “guarimberos” eran paramilitares colombianos y que casi no había universitarios venezolanos involucrados en esos luctuosos acontecimientos. La justicia de la “dictadura chavista” lo condenó a una pena de 13 años, 9 meses, 7 días y 12 horas de reclusión. Disconforme con la transición posfranquista en España, el 23 de Febrero de 1981 el teniente coronel Antonio Tejero Molina quiso también él alterar el orden constitucional tomando por asalto el Congreso de Diputados. En su cruzada restauradora el “tejerazo” no produjo ni una sola muerte ni hubo que lamentar pérdidas materiales de ningún tipo. Sin embargo, la justicia española lo sancionó con 30 años de prisión, expulsión del Ejército, pérdida de su grado militar e inhabilitación durante el tiempo de su condena. Nadie lo consideró un opositor político sino un militar sedicioso. Peor es el caso de López, por la mucha sangre derramada por su culpa y por la destrucción de bienes provocada por su apología de la violencia, pese a lo cual la sentencia de la justicia venezolana fue insólitamente benigna. Pero Macri no lo ve así y sigue considerándolo un opositor maltratado por un poder despótico. Mal comienzo en materia de política exterior. Y un paso preocupante  en el intento de avanzar en el “reformateo” neoliberal del Mercosur, otra vieja ambición de Estados Unidos, para hacerlo confluir con la Alianza del Pacífico y la Unión Europea dominada por la Troika.

(Por Atilio A. Boron )*

domingo, 22 de noviembre de 2015

Inditex y la responsabilidad solidaria


Amancio Ortega es ya el segundo hombre más rico del mundo, mientras Pablo Isla es el ejecutivo mejor pagado de todas las empresas españolas y los beneficios de Inditex han aumentado el 26% en el primer semestre de este año. Estamos habituados a ver noticias positivas sobre este grupo empresarial —del que forman parte marcas como Zara, Stradivarius, Bershka, Pull&Bear, Massimo Dutti y Oysho— en los grandes medios de comunicación; la última, que su presidente y consejero delegado acaba de ser nombrado embajador de la marca España porque “representa el dinamismo de la empresa española en todo el mundo”.

Pero, del mismo modo que para que Isla pueda cobrar un sueldo más de 100 veces superior al del presidente del gobierno hace falta que las trabajadoras de Inditex ganen un salario promedio 366 veces menor que el del máximo directivo de la corporación, esta compañía solo puede continuar con el crecimiento sostenido de sus ganancias y con el consiguiente pago de dividendos a sus accionistas —Ortega controla el 59% del grupo y recibirá más de 960 millones este año por ello— de una manera: recortando costes laborales mediante la externalización y la deslocalización de su producción a otros países.

Ehsan Ullah Khan, activista pakistaní contra el trabajo forzoso que padecen 400 millones de niños y niñas en el mundo y fundador del movimiento Marcha Global, considera que Zara mantiene a miles de menores cosiendo en industrias que forman parte del complejo tejido de subcontratas que se expanden principalmente por Asia. Por su parte, el Centre for Research on Multinational Corporations, una organización holandesa sin ánimo de lucro que escruta a las grandes multinacionales, y la ONG India Committee of the Netherlands han denunciado que los gigantes del textil cometen “graves violaciones de los derechos humanos y laborales” cuando atraen “mediante engaños y falsas promesas” a decenas de miles de niñas y adolescentes indias a fábricas de ropa donde trabajan en “condiciones espantosas que equivalen a trabajos forzados”. Y las denuncias interpuestas por la inspección de trabajo contra Inditex en Brasil por el uso de talleres con trabajo esclavo en la cadena de producción han sido reiteradas en los últimos años.

Sin embargo, esta gran transnacional del textil entiende que la responsabilidad es únicamente de las empresas proveedoras, que subcontratan de forma “no autorizada” la fabricación de prendas de Zara en los talleres donde trabajan los menores de edad. Y alude a las múltiples inspecciones voluntarias que realiza a lo largo de la toda cadena de producción en diferentes países. En definitiva, se exime a sí misma de cualquier responsabilidad legal al respecto. En este contexto, entonces, ¿tiene Inditex alguna responsabilidad jurídica sobre estos hechos?

Las modificaciones en la división internacional del trabajo ponen de manifiesto una realidad que incide directamente en los ordenamientos laborales: las presiones en las cadenas de producción que generan empleo precario. La descentralización y la diseminación productiva dan lugar a que la actividad empresarial se realice mediante personal ajeno a la empresa a través de subcontrataciones y trabajo autónomo; es decir, la externalización se convierte en el elemento central del actual modo de producción. Además, la personalidad jurídica de las corporaciones transnacionales se fragmenta en toda una serie de filiales, proveedores, contratistas y subcontratistas, siendo la relación entre ellas puramente mercantil, al menos desde la perspectiva del Derecho formal.

Así, Inditex considera que los niños y niñas que trabajan en los talleres subcontratados no se encuentran bajo su responsabilidad legal y que no puede controlar la mano de obra que emplea en todos los países y a lo largo de todas las cadenas de producción. Lo que sí hace Inditex, por el contrario, es aprovecharse de la externalización de costos que le permite obtener grandes beneficios —mediante el pago de precios bajos a los proveedores y, en su caso, a contratistas y subcontratistas por sus productos o servicios; eso por no hablar de las prácticas de elusión fiscal: Inditex dispone de 34 sociedades instrumentales en territorios de nula o baja tributación— al margen de las condiciones laborales que tengan las trabajadoras en la cadena de producción.

La libre circulación internacional de mercancías y capitales, sin duda, dificulta identificar a los verdaderos responsables de las operaciones económicas. Por eso, para evitarlo, debe hacerse responsables a todos los actores económicos que se lucren con la actividad mercantil, sea cual sea la fórmula jurídica utilizada por la empresa, incluida la fractura en la cadena de producción entre proveedoras, contratistas y subcontratistas. Se trata, al fin y al cabo, de profundizar en la trazabilidad social del producto, responsabilizando al operador que lo ponga en el mercado —remontando la cadena de producción y distribución—, tal y como hace el Derecho Comunitario Europeo a la hora de regular la responsabilidad en materia de productos defectuosos. De esta forma, Inditex es responsable de toda su cadena de producción, ya que, como afirma el jurista francés Alain Supiot, “el producto permanece cargado del espíritu de quien lo puso en circulación y debe seguir respondiendo no obstante sus cambios de propietario”.

Las empresas transnacionales quieren que sus obligaciones solo se ajusten a las legislaciones nacionales —previamente sometidas a políticas neoliberales y reformas estructurales— y a la mera responsabilidad social corporativa. Pero las ideas pseudo normativas sobre las que bascula la RSC son la voluntariedad, la unilateralidad, la no-exigibilidad y la autorregulación. De ahí que esta no sea únicamente una respuesta ante las protestas sociales en su contra y un “lavado de cara” de su actividad, sino, sobre todo, una nueva forma de configurar las relaciones entre las grandes empresas y el conjunto de la sociedad en el modelo capitalista. Este es el marco de sus “obligaciones”, que se mueve en los contornos de lo que en otras ocasiones hemos llamado “la arquitectura jurídica de la impunidad”.

Además, junto a la voluntariedad y la unilateralidad, hay que tener en cuenta los distintos mecanismos de verificación y evaluación de la “responsabilidad social”. Más allá de la pluralidad de sistemas, de su burocratización y de su dudosa imparcialidad, su dimensión más perversa es la apariencia de legitimidad que dota a las memorias de RSC. Sin embargo, la realidad es muy diferente: la pluralidad de mecanismos, de sistemas y de índices de evaluación provoca un desconcierto y una hiperinflación de datos, de información selectiva y unilateral que, lejos de garantizar los contenidos de las memorias, refuerza a los equipos de RSC de las transnacionales en detrimento de controles de los sindicatos, organizaciones y movimientos sociales. Si se analizan las memorias anuales de Inditex, de hecho, se ven reflejadas todas y cada una de las afirmaciones descritas; las denuncias por trabajo esclavo y trabajo infantil nunca aparecerán recogidas en estos informes, ya que la responsabilidad será —supuestamente— de las compañías proveedoras, contratistas y subcontratistas, esto es, de “otras empresas”.

Es cierto, no obstante, que Inditex firmó el año pasado un acuerdo marco global que permite que los sindicatos intervengan en toda la cadena de producción y que implica una mejora en la evolución de los códigos de conducta unilaterales y voluntarios, que son sustituidos por mecanismos de interlocución y de participación sindical. Se trata de un acuerdo que tiene fuerza contractual entre las partes pero no efectos normativos; dicho de otro modo, la presencia sindical es un avance importante aunque la última palabra la sigue teniendo la empresa.

Ante prácticas tan graves como las expuestas, ¿por qué no puede demandarse a Inditex en los tribunales españoles? Y es que, ya sea por medio de la extraterritorialidad o por la modificación de la jurisdicción universal, crímenes tan graves como el uso del trabajo infantil o el trabajo esclavo habrían de ser denunciados ante los mismos. En este contexto, asimismo, parece necesario un marco normativo internacional —imperativo y con efectos coercitivos— que retire la última palabra a las empresas transnacionales; fundamentalmente, en base a tres ideas centrales:

-  *Las empresas transnacionales son personas jurídicas y, en tanto tales, sujetos y objeto de Derecho, de modo que el Derecho Internacional de los Derechos Humanos —incluidos el Derecho Internacional del Trabajo y el Derecho Internacional Ambiental— resulta de obligado cumplimiento para ellas.

-  *Los dirigentes de las grandes corporaciones —también los de Inditex— son personas físicas y las normas jurídicas vigentes son también obligatorias para ellos. Particularmente en materia civil y penal, las tendencias modernas, que se reflejan en las legislaciones nacionales, reconocen la responsabilidad de las personas jurídicas, admitiéndose la doble imputación: por un lado, es imputable la persona jurídica —Inditex podría ser excluida de cualquier contrato o subvención pública, así como multada o, incluso, disuelta—, por otro, las personas físicas —los dirigentes de la transnacional— que tomaron la decisión incriminada.

-  *Las empresas transnacionales tienen una responsabilidad solidaria con sus filiales, así como con toda la cadena de proveedores, contratistas y subcontratistas, ya que comparten la responsabilidad por las violaciones de los derechos civiles, políticos sociales, económicos, culturales y medioambientales —al estar conectadas mediante las prácticas económicas— con las compañías multinacionales. Esta responsabilidad solidaria es una cuestión esencial, teniendo en cuenta la práctica habitual de las grandes corporaciones de externalizar costos, riesgos y responsabilidades al tiempo que obtienen grandes beneficios.


Juan Hernández Zubizarreta y Pedro Ramiro

lunes, 16 de noviembre de 2015

México multa a Telefónica con una sanción de récord por la mala calidad de su servicio móvil

La compañía española puede recurrir la sanción en los tribunales en los 15 días hábiles siguientes a su notificación oficial. El Instituto Federal de Telecomunicaciones, en funciones de supervisión, es el que ha decidido imponer la multa. La inspección se inició tras detectarse en la ciudad de León múltiples intentos de conexiones fallidas.


El regulador mexicano de telecomunicaciones impuso a Pegaso PCS, subsidiaria de la española Telefónica, una sanción de 410,9 millones de pesos (unos 23 millones de euros) "por incumplir los niveles mínimos de calidad en el servicio móvil".


El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) detalló este martes en un comunicado que se trata de "la sanción económica más alta" que ha impuesto hasta ahora y aclaró que la compañía puede acudir a los tribunales.


La decisión fue tomada por el pleno del organismo con cinco votos a favor y dos en contra, tras un procedimiento administrativo seguido en el IFT "en cumplimiento de su mandato de supervisar y vigilar la adecuada prestación de los servicios a los usuarios".


Como parte de dicho mandato y de manera permanente, el IFT analiza la calidad de los servicios de telecomunicaciones que prestan los diversos concesionarios, ha explicado.


Tras una revisión en la ciudad de León, Guanajuato, se comprobó que Pegaso "tuvo una proporción elevada de intentos de llamada fallidos", por lo que "se inició un procedimiento de sanción en el que se concedió a la empresa concesionaria el pleno ejercicio de sus garantías de audiencia y legalidad".


Analizados los argumentos expuestos por la firma, el pleno del IFT determinó imponer la sanción, la cual "puede ser impugnada en amparo indirecto dentro de los 15 días hábiles siguientes a su legal notificación".



El IFT destacó que seguirá vigilando que la prestación de los servicios de telecomunicaciones y radiodifusión a cargo de los concesionarios se haga en las condiciones de calidad y eficiencia que tienen encomendados.

domingo, 15 de noviembre de 2015

Grecia, cuando los movimientos sociales son todo lo que queda

Una abstención disparada, una desmovilización social y una inminente ola de severas medidas de austeridad llaman a una reflexión crítica tras la victoria de Syriza.
En realidad, no hay nada que celebrar. Quizá los izquierdistas europeos llegados a Atenas para apoyar a Syriza puedan justificar sus celebraciones, dado que su visión de Syriza es externa y las más de las veces romántica. En lo que atañe a los griegos, no hay duda de que hay gente de izquierdas honrada y de buena voluntad que ha votado a Syriza o es incluso (todavía) miembro de Syriza. Pero tras los acontecimientos de los últimos meses lo último que quieren es celebrar nada.
Eslogan electoral de Syriza en una parada de autobús: “Está llegando la Esperanza” Graffiti debajo: “Yo sólo estaba esperando el autobús”
¿Qué tienen que celebrar, cuando mañana el nuevo gobierno liderado por Syriza tiene que poner en práctica y supervisar la implantación de un duro ataque a la naturaleza y a las clases populares, habiendo renunciado a su capacidad de legislar sin la tutela de Bruselas y Berlín, y estando bajo el chantaje continuo de los acreedores?
El pragmatismo de la Izquierda y la desmovilización social
El nuevo “argumento de venta” de Tsipras es su lucha contra la corrupción y la oligarquía, ya que su recién adoptado “pragmatismo” dice que no puede seguir luchando contra la austeridad y la reestructuración neoliberal. De este modo, el horizonte de la Izquierda en Grecia se ha convertido en una “austeridad con rostro humano”, en una “menos corrupta” y “más justa” aplicación de la barbarie neoliberal.
Por desgracia, en los próximos meses vamos a ser testigos de cómo la “madurez política” y el “pragmatismo” de Tsipras se extienden a nuevas áreas: el pragmatismo dice que no se puede luchar contra aquéllos que poseen la riqueza y los medios de comunicación en Grecia, que no se puede cerrar la desastrosa mina de oro en Skouries, que se tienen que privatizar las compañías de agua después de todo, que no puedes permitir que ocupaciones de los trabajadores como VIOME desafíen la propiedad privada, y que la forma de tratar la protesta y las voces discordantes es desplegando las fuerzas del orden público.
En resumen, el pragmatismo de la Izquierda va a lograr todo lo que la arrogancia de la Derecha no pudo; es decir, someter a una población que ha estado luchando contra la barbarie neoliberal durante 5 años.
Mientras tanto, los movimientos sociales han sido engañados para quedar a la espera, a la espera de que Syriza cumpla el papel que se auto-asignó: el de mediador entre la resistencia social y el poder político. El gobierno está ganando tiempo, mientras la desmovilización de la acción social implica la derrota de las luchas una por una: los trabajadores auto-gestionados de ERT apartados por la nueva dirección, el movimiento anti-minas en Halkidiki sufriendo la destrucción de su tierra… ¿Quién será el próximo? ¿Quizá el auto-gestionado VIOME, luchando por legitimar su actividad en condiciones adversas? ¿Puede que el movimiento por el agua de Thessaloniki, que luchó con fiereza y detuvo la privatización, sólo para ver cómo ésta volvía a la mesa según los términos del nuevo memorándum?
El fracaso de la escisión de Syriza “Unidad Popular” en su intento de movilizar a los votantes de izquierdas no es ninguna sorpresa; a pesar de su retórica anti-memorandum, el nuevo partido repitió algunas de las más reprobables prácticas de Syriza: se constituyó en un proceso vertical, únicamente sobre cuadros de partido, construido en torno a flamantes y egocéntricas personalidades, proyectando una hegemonía sobre movimientos y otras fuerzas políticas, buscando seguidores más que aliados, y presentando su programa de reconstrucción del capitalismo nacional fuera del euro, centrado en el Estado, como el Santo Grial de la política transformadora. Fracasó en la movilización de los ex-votantes de Syriza, la mayoría de los cuales prefirió quedarse en casa antes que salir a votar por Unidad Popular; también fracasó cuando trató de convencer a las bases de Syriza simpatizantes de los movimientos, que hasta ahora permanecen políticamente sin hogar. Esto, así, permitió a Tsipras emerger como el vencedor absoluto del juego electoral.
Abstención electoral y el “mal menor”
Algunos podrían argumentar que la conservación de su porcentaje de voto por Syriza en las elecciones del domingo es un signo de que el grueso de la población consiente el “pragmatismo” del partido. Habría que remarcar dos puntos al respecto:
Primero, es una postura perfectamente respetable votar por Syriza como el mal menor neoliberal. Votar por definición implica complejos cálculos, chantaje político y una serie de dilemas éticos que los griegos han afrontado tres veces en menos de 8 meses. Aquéllos que se abstienen por razones políticas no pueden esgrimir una superioridad moral con respecto a quienes usan la instrumentalidad de su voto en esta variable y compleja situación política. Pero no supongamos tampoco que todos los que materializaron un voto instrumental por Syriza con miras a impedir la reinstauración de la detestada Nueva Democracia se van a quedar de brazos cruzados cuando el gobierno comience su asalto contra la gente y la naturaleza en los próximos meses.
En segundo lugar, y más importante, mientras el sistema político está diseñado para mantener las apariencias y garantizar la continuidad en el poder, no se puede negar que el aspecto más significativo de las elecciones del domingo fue la abstención, que se disparó hasta el 45% partiendo del 36% en enero y del 29% en 2009. Es fácil calcular que en un país con 10 millones de votantes registrados esto se traduce en más de 4 millones de personas que no votan, o en cerca de 1 millón y medio que han perdido la fe en el sistema político desde el inicio de la crisis. Esta última cifra representa aproximadamente el mismo número de personas de las que votan por uno u otro de los dos más importantes partidos políticos.
No deberíamos precipitarnos y declarar a todas estas personas como integrantes de la emancipación social y la auto-determinación, como algunos anarquistas quisieran. Sin duda una masa social crítica se abstiene de votar porque tiene un concepto de la política como la representación de un proceso colectivo, no como el ritual de llenar una urna (ninguno de ellos necesariamente excluye al otro). En todo caso, un amplio abanico de motivos y circunstancias puede conducir a este desencanto, entre los cuales pueden estar la apatía, la impotencia, el individualismo y la resignación.
Mientras el sistema político no se podría preocupar menos por esta enorme masa de ciudadanos desencantados (mientras se queden en casa y no voten por partidos-protesta que pudieran causar disrupción, les da lo mismo), de hecho quienes deberían de verdad estar preocupados por esta parte de la población son los movimientos sociales y los movimientos ideológicos que se sienten más cercanos a la calle; a saber, el movimiento libertario y la Izquierda extra-parlamentaria. ¿Cómo podemos atravesar el muro de la apatía y el individualismo, conectar con los deseos y aspiraciones de la población desencantada, y cultivar el espíritu colectivo, la organización social y la creatividad, el deseo de cambio y la emancipación?
Lo inadecuado de las prácticas políticas
Desgraciadamente, grandes fragmentos de los movimientos libertarios e izquierdistas están más preocupados de preservar su identidad que de conectar con las clases desencantadas. Distribuimos nuestros manifiestos indescifrables, en gran medida para uso interno; nos aferramos a nuestra pureza ideológica y a nuestro maximalismo retórico; vociferamos nuestros agrios eslóganes y acunamos nuestras banderas; presumimos cuando tenemos un puñado más de manifestantes en nuestras marchas o cuando nuestros partidos consiguen unos miles más de votos en las elecciones. Mientras tanto, millones de personas ahí fuera están hambrientas de cambios sociales, pero están probablemente resignadas a una existencia individualista, y nosotros no tenemos los medios de llegar hasta ellas.
Mientras muchos interpretarían el 45% de abstención como un rechazo saludable del simulacro sin sentido que es la democracia representativa, se puede también interpretar como un fracaso, o más bien como una sucesión de fracasos: el fracaso de un orden social al tratar de integrar grandes porciones de la población en la vida social mayoritaria; el fracaso de un sistema político al intentar ofrecer vías efectivas para el cambio del susodicho orden social; el fracaso de los movimientos sociales y la Izquierda para crear un nuevo imaginario de transformación de este sistema político.
Una oportunidad para reflexionar
La política de “no hay alternativa” promovida por nuestro gobierno de izquierdas seguramente aumentará la resignación y la apatía; aun así una sociedad bajo presión extrema durante tantos años acabará sin duda explotando tarde o temprano. Los movimientos sociales en Grecia han producido respuestas admirables hacia la auto-emancipación en los últimos años, pero no han podido articular estas respuestas en una voz coherente, en una propuesta para superar el orden político y económico actual. Han idealizado la parcialidad y la fragmentación, y de este modo han sido manipuladas para someterse al proyecto hegemónico de Syriza.
La pírrica victoria de la Izquierda en las últimas elecciones del domingo debería dar inicio a un proceso de reflexión crítica, tanto en Grecia como en toda Europa. Tenemos por delante momentos difíciles de resistencia, y los movimientos sociales, no importa cuán pequeños e insignificantes, constituyen en este momento la única fuerza antagónica que queda contra la barbarie capitalista.
Theodoros Karyotis
Septiembre 2015

¿Nos confundimos con el término explotación?

Ya lo decía K. Marx,  “Los trabajadores no tienen nada que perder, salvo sus cadenas. Tienen un mundo por ganar”, Nuestras cadenas son forjadas por nosotros mismos en actos de voluntaria e involuntaria conciencia. 

Trato con esto de despejar entre todo el proletariado la realidad incuestionable de la palabra explotación en nuestros días, extrapolada desde los mismos inicios de aparición del hecho de producirse la explotación del ser humano por el mismo ser humano. No sin antes decir que la clase dominante burguesa cuando tomó el poder y desbancó a la obsoleta nobleza llevaba bajo sus ideales  libertadores la concepción de la esclavitud en su seno pero legalizándola de la abstracción hasta ese día resuelta por las clases perdedoras en la pugna. Dicha legalización se produjo dando el paso a corresponderle una relación mercantilizadora donde unos vendían su fuerza de trabajo y otras la compraban en un acto de aparente libertad burguesa, bajo las leyes burguesas y la conformación de la sociedad burguesa como tal en dicha cosmovisión. 

Por más que nos quieran hacer creer que se trata de unas relaciones consentidas, contractuales, equidistantes, justas e iguales, no pueden soportar que se les desvele su modo de producción capitalista, se les caiga la careta a cada instante se instaura una nueva relación contractual, básicamente porque están instauradas en el modelo y esquema burgués de explotación.

El ideario cristiano-burgués tan inculcado en las conciencias de los pueblos con una base capitalista occidental ha resuelto la misma peregrina explicación en cuanto a tener que soportar el trabajo como un castigo divino y consecuente al hecho de “tenerse que ganar la vida con el sudor de tu frente”, este dilema lapidario ha quedado inserto en el subconsciente del común de los mortales como algo ineluctible, desbancando el necesario análisis crítico que proporcionaría un prisma diferente y emancipador. 

Dicho lo cual, conocemos de no hace mucho como al explotador Amancio Ortega se le loaba en todos los medios del régimen por haber conseguido, aunque fuera por tan sólo unas horas ser la persona más rica del mundo, contando por tanto con el subsiguiente reconocimiento y merecimiento a tal “destacable” honor. Lo que nadie dice de esos medios de intoxicación comprados es que su fortuna ha nacido del trabajo enajenado arrancado de cada una de las interminables horas en las que los trabajadores y trabajadoras, en muchos casos niños, han dejado terminados su productos en condiciones paupérrimas salariales, higiénicas y de seguridad.

De tal manera, no se trata de un maleficio divino, ni de un designio de la providencia, ni nada parecido, la explotación es una relación de poder político de una clase sobre otra para perpetuar por tiempo su estatus de dominio. No se trata que estemos en contra de las actuales relaciones sociales laborales porque sea un pecado original, ni porque produzca cansancio trabajando infinitamente o por levantarse temprano o por desplazarse lejos de tu hogar, que también por supuesto al ser una consecuencia de ello, lo estamos porque no eres dueño de tu propio destino,
lo estamos por la enajenación que produce al vender tu fuerza de trabajo y no ser pagada por el valor del producto realizado, si no por la relación contractual burguesa donde se establece las condiciones de dominación dentro de un marco burgués jurídico.

Si se considerará el trabajo como un bien colectivo alejado de la obtención de plusvalía usurera, condicionándolo al interés colectivo no se trabajarían tantas horas por la sencilla razón de que el beneficio que se obtuviese sería revertido a la sociedad, se podría planificar la economía según las necesidades de la sociedad, se instaurarían relaciones de respeto con otros países de la periferia, los salarios serían de acuerdo a unos valores sociales de " a cada cual según sus capacidades, a cada quien según sus necesidades", no se atentaría contra el medio ambiente, por cierto a cada instante dando señales de fuertes tensiones



Alcanzado el desarrollo de las fuerzas productivas como se ha llegado a ello actualmente en nuestras sociedades el siguiente paso es avanzar en la materialización de unas nuevas relaciones sociales de producción donde prime el bien común por encima de los intereses de clase y alumbrar de esta manera unas sociedades, entonces sin explotación y emancipadas de los que ahora unos llaman “castigo divino” pero que no es más que la instauración de un modelo humano de explotación basados en relaciones de dominación  y como modelo humano podemos y debemos acabar con él.
Acabo el texto enunciando dos asertos de oportuna validez para este redactado:

 -“En la sociedad comunista, el trabajo acumulado no es más que un medio para ampliar, enriquecer y hacer más fácil la vida de los trabajadores.” 

-“El comunismo no priva al hombre de la libertad de apropiarse del fruto de su trabajo, lo único de lo que lo priva es de la libertad de esclavizar a otros por medio de tales apropiaciones. 

jueves, 5 de noviembre de 2015

Ortega, del Pino y Roig, los más ricos de España según la revista Forbes

El fundador de Inditex, Amancio Ortega, se mantiene como la primera fortuna de España con un capital de 60.900 millones euros, seguido de los máximos accionistas de Ferrovial, Rafael del Pino y hermanos (8.600 millones de euros), y del presidente de Mercadona, Juan Roig (7.500 millones de euros), que se mantienen por segundo año consecutivo como los tres españoles más ricos, según la lista nacional realizada por la revista ’Forbes’

De esta manera, el podio se repite respecto a los datos del pasado año, mientras que Sandra Ortega Mera, heredera de Rosalía Mera, (7.500 millones de euros) mantiene la cuarta plaza de la clasificación y se sitúa como la primera mujer en este ranking.

El ’Top-10’ de las mayores fortunas españolas incluye también, por este orden, al propietario de Mango, Isak Andic (4.500 millones de euros), y la presidenta de Coca-Cola Iberian Partners, Sol Daurella Comadrán y familia (3.700 millones de euros), que asciende en la clasificación, y a los accionistas de Corporación Gestamp, Francisco y Jon Riberas Mera, que ocupan la séptima plaza con 3.200 millones de euros.

Con un capital de 2.800 millones de euros se sitúan las familias Herráiz Mahou y Gervás, accionistas de Mahou San Miguel, seguidos por el presidente de OHL, Juan Miguel Villar Mir (2.700 millones de euros). Cierra el ’Top-10’ el presidente de Grifols, Víctor Grifols Roura y familia con 2.600 millones de euros.

Sobre Amancio Ortega, la revista afirma que los negocios del hombre más rico de Europa van "viento en popa" e Inditex ha superado las dudas de inversores y analistas y vuelve a crecer "a velocidad de crucero, incluido el mercado español", mientras su hólding inmobiliario avanza a un ritmo aún mayor.

Un 15% más ricos
De esta forma, la fortuna total de las 100 personas más ricas de España ha crecido un 15% en el último año (24.826 millones) alcanzando la cifra de 189.250 millones de euros.

Forbes destaca que de estas cifras se deduce que ha sido "un año positivo" para las mayores fortunas de España, gracias a un escenario de recuperación económica, aunque añade que el "muy buen arranque" en los mercados que se ha visto ensombrecido por las caídas provocadas por las dudas sobre las economías emergentes.

La lista Forbes incluye a once mujeres, tres menos que en 2014 y una más que en 2013, 68 hombres y 21 familias. Este año, además, la edad media de los ricos ha bajado a los 61,6 años, frente a los 67 del año pasado.

Por regiones, aunque tanto Cataluña como la Comunidad de Madrid acogen cada una a 26 miembros de la lista, es la segunda la que concentra más capital, con 40.125 millones de euros, frente a los 32.725 millones en territorio catalán. Aunque con menos ricos en la lista, sólo 8, es Galicia la comunidad ’más rica’, con 73.725 millones de euros, al incluir a Amancio Ortega en su cómputo.
En cuanto al origen de esas fortunas, el sector textil sigue siendo el más preponderante, acumulando un total de 76.950 millones de euros repartidos en siete posiciones, seguido del negocio inmobiliario, las finanzas, la Bolsa o la alimentación.

Nuevas entradas
Entre las novedad de la lista de 2015, destaca la entrada de Thomás Andreas Meyer, fundador de Desigual, al puesto número 11 con una fortuna de 2.500 millones de euros. Así, la revista recuerda que la entrada del fondo francés Eurazeo valoró la compañía en 3.000 millones de euros.

En esta línea la familia Montoro Muñoz, dueños de la inmobiliaria Monthisa, debuta en la posición 56 con una fortuna de 700 millones de euros, siendo "una de los pocas empresas del ladrillo que han sobrevivido a la gran crisis".

Asimismo, los hermanos Gómez Gómez, accionistas de Mercadona, entran al puesto 64 con una fortuna de 650 millones de euros; la familia Fradera Lloret, ex accionistas de Uniland, al puesto 69 con 600 millones de euros; y el propietario del Grupo Tous, Salvador Tous, a la posición 76 con 500 millones de euros.

Otras nuevas incorporaciones a la clasificación son las del accionista de Guascor Joseba Grajales Jiménez (puesto 84); los accionistas de Nutrexpa Javier y José María Ventura (puesto 85); la familia dueña del Grupo Vall (puesto 92), y la familia Domínguez, dueños de Textil Lonia, (puesto 97). Además regresan a la lista Luis Arregui, presidente de Ence, y Manuel Edelmiro Añón, presidente de Hierros Añón.