VIDEOS MARXISTAS, MATERIALISMO HISTORICO, DIALECTICA, SOCIALISMO CIENTÍFICO. FILOSOFÍA MARXISTA
PACIFISMO BURGUÉS Y PACIFISMO REVOLUCIONARIO
MARX: DIALÉCTICA, HISTORIA Y COLONIALISMOS
HISTORIA DEL MARXISMO:CLASE 1-INTRODUCCIÓN

Libros


MANIFIESTO COMUNISTA


Este texto es fundamental en la historia del movimiento obrero moderno, de algún modo la fundación del Socialismo Científico, lo que hace al programa político viene del Manifiesto Comunista. El texto redactado entre fines de 1847 y publicado a principios de 1848, fue encargado por la "Liga de los Comunistas", en un principio no sugirió nada, ni provocó hondas conciencias como luego si sería comprobado a la vista de los hechos que trajeron las Revoluciones europeas, conocidas como "La primavera de los Pueblos", que va incluir levantamientos democráticos contra los regímenes absolutistas y va a mostrar las primeras expresiones de las luchas del Proletariado contra la Burguesía en una lucha frontal, puesto que en las Revoluciones antes del 1848 era la Burguesía quien lideraba las demandas del Pueblo para tratar de acabar con el feudalismo. El Manifiesto anticipa para su utilización en el pensamiento de los Proletarios el significante de la "guerra de clases" entre Burguesía y Proletariado, en unos tiempos donde en el ámbito económico, traía la progresiva sustitución de capitalismo concurrencial, que tenía en el taller su unidad productiva principal y en el artesanado su organización del trabajo fundamental. Etapa larga y conflictiva hacia un capitalismo industrial, que tiene en la fábrica su base material fundamental y en la definitiva formación de una división capitalista del trabajo basado en el uso generalizado de las máquinas y la aparición del trabajador industrial. Con esta fase aparece la manufactura como el eje central del moderno capitalismo industrial.

Es el texto más leído y más traducido a innumerables lenguas después de la Biblia, es uno de los grandes textos políticos de la época moderna y para el Movimiento Obrero es fundamental porque marca ciertos principios, puntos de llegada en tanto síntesis de la elaboración intelectual de Marx y Engels, hecha en base a la experiencia real de la lucha revolucionaria del Movimiento Obrero.

El Manifiesto hace una serie de planteamientos que si nos los hubiese escrito Marx y Engels se deberían de escribir hoy, incluso es un texto con una peculiaridad por lo inmortal de sus evidencias. Marx logra captar ciertos aspectos del modo de producción capitalista dentro de la coyuntura histórica que el texto fue redactado, esa es la parte de actualidad que mantiene el Manifiesto.

La primera parte da para debatir mucho bajo el epígrafe de "Burgueses y Proletarios". La introducción del capítulo es aquella que dice "La historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases" y parte de este punto para narrar los sistemas de clases que han existido a lo largo de la historia, habla de dos en concreto inscritos en un mismo modo de producción, hombres libres/esclavos, patricios/plebeyos, nos está hablando del mundo antiguo de la sociedad del imperio romano, de la sociedad griega, señores/siervos, donde señala en feudalismo, burgueses/Proletarios hablando de los distintos sistemas de clases.

"Toda historia de la sociedad humana, hasta el día, es una historia de luchas
de clases. Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de gleba,
maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente
siempre, empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras
franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación
revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes."

En este capítulo Marx traza una línea de continuidad entre los modos de producción precapitalistas y el capitalismo, Y ahí hay una nota al pie que escribe Engels que luego viene a decir que no es la lucha de clases a lo largo de los tiempos si no en cierto momento de la historia, con esto está diciendo que las clases sociales tienen un origen histórico, esto es un matiz importante por cuanto explica de modo diferente a otras teorías alternativas a la de Marx. Por lo tanto la sociedad estaría dividida en clases, este aspecto es sostenido por muchos pensamientos aparte del Marxismo pero como se conceptualizan esas clases y como ha sido su devenir, es de donde comienzan las diferencias importantes. Está claro que cuando se mira la sociedad se aprecia que hay desigualdad, se ve que unos círculos poseen en muchísima cantidad, otros viven en la pobreza, pero lo que no se explica es como eso se genera esa desigualdad y es ahí donde entra la diferencia. Por ejemplo hay teorías en las que se reconoce que siempre ha habido clases y siempre habrá como un hecho natural, desde esta perspectiva es imposible pensar que vaya a existir una emancipación de la explotación no teniendo salida hacia el fin de ese condicionante. Las clases sociales son un fenómeno y un fenómeno reciente si atendemos a al tiempo existente del global de la historia humana. La mayoría del tiempo de nuestra existencia el hombre ha vivido sin conocer la implantación de las clases sociales, ni tampoco de la propiedad privada, en general eran sociedades cazadoras recolectoras en donde había desigualdad de edad, cierta desigualdad de género pero no había una desigualdad donde no poseía mucho y otro no poseía nada, ese tipo de sociedades Marx la llamaba del "Comunismo Primitivo", es decir no había propiedad privada y tampoco había una división social en clases, de hecho la mayor parte del tiempo de la humanidad ha vivido bajo esta conceptualización. De hecho es cuando se consigue un cierto dominio sobre la naturaleza, cuando aparece la división social por clases, por tanto las clases sociales no es un sujeto inherente del ser humano, si no es un fenómeno histórico, pero desde luego no es inevitable ni un designio divino. No se trata con lo cual de teorizar que el hombre siempre querría dominar como algo natural. Cuando los hombres llegan a alcanzar un estado civilizatorio tal que llegan a controlar las primeras técnicas agrícolas y su trabajo genera algo más de lo que son capaces de consumir, a través de técnicas superiores o domesticando animales, dominando el espacio donde viven se crea la precondición para la desigualdad social. La desigualdad no sería posible sin una categoría que Marx llama "excedente", que es parte de trabajo sobrante más allá del que necesita para consumir y el producto social excedente que no está directamente ligado a mi consumo. Es decir, para que exista un fenómeno en el pasado como la "esclavitud", los esclavos tienen que ser lo suficiente mente productivos como para alimentarse ellos y alimentar a sus amos. Se calcula que en Atenas vivían 90.000 ciudadanos que eran sostenidos por el trabajo de 345.000 esclavos aproximadamente. Si alguien se pregunta porque la civilización griega floreció como lo hizo la explicación está en todas esas personas que se dejaron su vida explotados de esa forma, liberándose una parte de la sociedad de esa carga para poder dedicarse a aspectos más hedonistas porque había quienes le hacían los tejidos, les construían sus casas, les labraban las tierras o le hacían su comidas. Con lo cual no existen sistemas políticos separados y ni se pueden analizar por fuera de las relaciones sociales de clase en las cuales se sustentan.

En este punto hay que hablar de una categoría en Marx de la que esboza en este libro un pequeño apunte aunque será más tarde cuando se pueda apreciar en toda su magnitud, que es el concepto de "relaciones sociales de producción". Por ejemplo en el mundo antiguo la relación de producción central era esclavista/esclavo posteriormente siervo/señor, hasta nuestros días Burgueses/Proletarios. Por lo tanto para entender la división de clases hay que conocer las relaciones sociales de producción que existen en esa sociedad. Entendiendo las diversas relaciones sociales no son arbitrarias y que se condicionan por el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y a partir de aquí Marx desarrolla un concepto que es el "modo de producción", situando a lo largo de la historia diferentes modos de producción, partiendo del hecho relacionador entre los hombres pero también con la naturaleza, apoyándonos en lo que es imprescindible para la existencia que es si no producimos, no existimos, somos sujetos transformadores del medio en el que nos implantamos, no somos sujetos pasivos, ni nos adaptamos al medio como la mayoría de especies animales, si no que en tanto especie nos distinguimos por nuestra acción transformadora en el medio en el cual actuamos, e incluso ya la capacidad de destrucción del propio medio y con ello nuestra propia destrucción.

Esa capacidad de transformación del medio analizada con el concepto de "Fuerzas Productivas", condiciona el tipo de relación de producción existente porque si la fuerza productiva no tienen un mínimo de desarrollo no puede haber división de clases sociales, si la sociedad es cazadora recolectora y tiene un muy bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, es evidente que la división social en clases no puede existir, si no hubo Rev. industrial no hubo capitalismo, ¿porque no hubo capitalismo en la antigüedad?, sencillamente porque no era posible sin un desarrollo de las fuerzas productivas y al haber poca producción se comenzó a la lucha por lo que se producía, creando de ese modo la diferenciación.

También hay que señalar que no existe una diferenciación mecánica de los modos de producción para Marx en el Manifiesto, no en cada civilización se haya que pasar de forma automática por cada uno de los modos de producción. Lo que hace Marx es mirar al pasado y ver los modos de producción que se dieron, y mira desde la sociedad occidental para argumentar que se dieron el Comunismo Primitivo, Esclavismo, Feudalismo y Capitalismo, si Marx hubiera nacido en China es probable hubiese hecho otra dinámica de modos de producción, con lo cual no esa patente para cada espacio concreto de implantación humana. Marx lo hizo desde Europa, simplemente porque era de donde se comenzó a dominar el mundo a partir de la Rev. Industrial en Inglaterra, por eso el capitalismo va colonizando el resto de formas de producción, utilizando medios no solo económicos, sino políticos o militares, demostrándose como más productivo este modo de producción. Podríamos poner un ejemplo como África que pasó de formas de Comunismo Primitivo al dominio colonial directo, muchos de los africanos que fueron cazados como si fuesen animales para el desarrollo de América vivían en África con formas de comunismo Primitivo, otros tenían formas de civilización un cierto poder de desenvolvimiento y otras organizados despóticamente, estas sociedades fueron capturadas para el capitalismo e introdujeron un fenómeno de barbarismo social como es la esclavitud que no existía en los países occidentales desde hacía mucho tiempo después de la conquista de América, por eso K. Marx enuncia que “el capitalismo dio a luz chorreando sangre y lodo por todos los poros” . De ahí que el Manifiesto desconcierte porque después de hacer esta crítica de los modos de producción capitalista, se encuentra con que se le lanza una loa al capitalismo moderno, este aspecto se encontrara a menudo en el Manifiesto explicando lo novedoso y las potencialidades de este modo de producción, pero también su crítica furibunda por brutal y anticivilizatorio.

En el Manifiesto Comunista Marx traza en una primera parte en que lucha entre Proletarios y Burgueses es continuidad a las anteriores relaciones sociales, marcando una línea de continuidad entre ellos, la razón de que sea así en el Manifiesto es debida a la explosión de la Rev. Francesa que marcaba el fin del medievo y algunos creían que el comienzo de la igualdad y el concepto de ciudadanía, a través de preceptos jurídicos. Se creía porque la sociedades feudales eran sociedades de representación estratificada, estamental, donde cada estamento tenía una representación distinta en cuanto a capacidad política. Esto dura hasta finales del S. XX en muchos países europeos, por ejemplo en Alemania a finales del S. XIX el voto de los obreros no valía igual que el voto de los que más ganaban, siendo los de estos últimos de mayor peso o en Rusia donde los obreros votaban como curia obrera separada de las otras clases y estamentos. De esta manera daban por entender que con la Rev. Francesa el principio e igualdad jurídica daba por liquidado esta conformación de clases. Definitivamente esto no sería así como resulta evidente y K. Marx en otros textos escribía que él no descubrió el concepto de “lucha de clases”, el cual ya existía en los historiadores burgueses franceses, pero la lucha de clases terminaba con el advenimiento del capitalismo al entender de estos historiadores. Así podíamos poner el ejemplo de Alphonse de Lamartine, poeta y político francés que en la Revolución de 1848 en Francia manifestaba que por fin se había acabado con ese gran equivoco delas clases sociales, paradójicamente un mes antes la burguesía francesa con apoyo del ejército imperial alemán masacró a 3000 obreros en las calles. K. Marx en el Manifiesto discute esta concepción. La sociología moderna norteamericana de una corriente llamada funcionalista igualmente sostenía que el concepto de clases sociales es un concepto europeo y que en EEUU no había clases, si no que había posibilidades y mérito para los individuos, era una idea aplicable para Europa pero no para EEUU. Incluso en nuestros días esta idea aún sigue manteniéndose, intentando ocultar a la clase obrera con figuras como la “clase media”, al entender de esta gente no hay relaciones de producción, con las cuales se sustenta el capitalismo.

En este punto habría que explicar el concepto “Estructura” de Marx, de alguna manera polémico e inmerso en el interior de las relaciones sociales de producción. A través de esta metáfora Marx define la estructura de la sociedad capitalista en lo económico, las condiciones de producción se articula el conjunto de la sociedad, es la base material donde se apoya el conjunto del orden social, encontrándose a la misma vez los fenómenos denominados con otra metáfora como “Superestructura”, en donde se encuentran las ideas, ideológicas, religiosas, políticas. Marx asevera que estos últimos no tienen “vuelo propio” si no que están íntimamente ligados a los fenómenos de la estructura. Para entender los sistemas de pensamiento de una sociedad, hay que entender de como esa sociedad produce y reproduce sus condiciones de vida.

Con la aparición de las clases surge el Estado, producto de los antagonismos de clase, ha de aparecer un sujeto en disputa, como no dudaría Engels en calificarlo “bandas de hombres armados en defensa de la propiedad”. Todo esto aparece en el capítulo primero “Burgueses y Proletarios” donde señala la especifidad de las relaciones del capital.

"Implantada la gran industria y abiertos los cauces del mercado mundial, se
conquista la hegemonía política y crea el moderno Estado representativo. Hoy,
el Poder público viene a ser, pura y simplemente, el Consejo de administración
que rige los intereses colectivos de la clase burguesa."

Hay que poner en énfasis que Marx aún no había desarrollado un concepto clave en su teoría como fue “Fuerza de Trabajo”, ni la "Plusvalia", en el Manifiesto de habla de “trabajo vivo, trabajo muerto” pero todavía no había llegado a una conclusión clave en la relación de producción, y que es el hecho de que el obrero no le vende su trabajo, si no le vende al burgués su fuerza de trabajo, es decir no le vende todo lo que hace durante una jornada de trabajo, si no que le vende la disponibilidad de su fuerza de trabajo para ser usada por el capitalista. De esta forma se deduce uno de los descubrimientos de Marx, de cómo se enriquece el capitalista a través del concepto “Plusvalía”, porque el salario del obrero sólo contempla una porción del valor que el trabajo genera durante el proceso de trabajo, no se le paga por total de lo que produce, se hace nada más que por lo que da el gasto de su fuerza para volver al día siguiente a rendir otra jornada. Verdaderamente podemos leer a Marx diciendo que la explotación es un robo y otras veces diciendo que no lo es, no s un robo en tanto es una extracción legal, el capitalista para explotar al obrero no tiene que violar la ley, tiene que cumplir la ley, de igual manera el esclavista cumplía la ley cuando explotaba al esclavo, la ley obligaba a que el esclavo le sembrara las tierras, le hiciera la comida o les construyera las viviendas. El capitalista cumpliendo la ley se queda con el trabajo no pagado al obrero, desde ese punto de vista no es robo de dinero pero Marx cuando sale del análisis legal, refuta que es un robo legalizado al quedarse con el trabajo excedente del obrero. Esta especifidad resulta tan especial en el capitalismo al quedar encubierta bajo un manto de obligación del obrero, fuerza legal del burgués y necesidad imperiosa para seguir viviendo del proletario, todo encubierto bajo el cuadro del marco legal jurídico burgués.

Por tanto K. Marx en el Manifiesto hace una síntesis, indicando que la tendencia de la sociedad es a polarizarse en dos grandes clases que cada vez hacia el grupo del Proletariado se ha ido incrementando de manera exponencial, convirtiéndose grandes masas campesinas en mano de obra para la industria desplazándose de su lugares de origen, frente a la Burguesía que se reduce. Todos estos análisis aparecen en el magno Manifiesto Comunista haciendo un recorrido histórico y científico desde el antes hasta el ahora de su tiempo convulso.

Todos estos análisis aparecen en el magno Manifiesto Comunista haciendo un recorrido histórico y científico desde el antes hasta el ahora de su tiempo convulso que bien se podría tener como la realidad de este momento presente. En este impresionante libro se hace un análisis detallado de los aspectos históricos de la creación de la burguesía, sus procesos de concentración de capital, la destrucción de la propiedad privada buscando un modo de producción justo, la contradicción subyacente entre capital y trabajo, el internacionalismo obrero como prueba de solidaridad humana y un sinfín de términos que se han explicado que hacen de este texto un libro esencial de comprensión del Socialismo Científico y su aplicación, tal como diría K. Marx: “En la sociedad burguesa, el trabajo vivo no es más que un medio de incrementar el trabajo acumulado. En la sociedad comunista, el trabajo acumulado no es más que un medio de ampliar, enriquecer y hacer más fácil la vida de los trabajadores. De este modo, en la sociedad burguesa el pasado domina sobre el presente; en la sociedad comunista es el presente el que domina sobre el pasado”. Y para terminar la serie de diez puntos imprescindibles que creyeron K. Marx y F. Engels como fundamentales para la conquista del poder para el Pueblo:

1. Expropiación de la propiedad inmueble y aplicación de la renta del
suelo a los gastos públicos.
2. Fuerte impuesto progresivo.
3. Abolición del derecho de herencia.
4. Confiscación de la fortuna de los emigrados y rebeldes.
5. Centralización del crédito en el Estado por medio de un Banco nacional
con capital del Estado y régimen de monopolio.
6. Nacionalización de los transportes.
7. Multiplicación de las fábricas nacionales y de los medios de producción,
roturación y mejora de terrenos con arreglo a un plan colectivo.
8. Proclamación del deber general de trabajar; creación de ejércitos industriales,
principalmente en el campo.
9. Articulación de las explotaciones agrícolas e industriales; tendencia a
ir borrando gradualmente las diferencias entre el campo y la ciudad.
10. Educación pública y gratuita de todos los niños. Prohibición del trabajo
infantil en las fábricas bajo su forma actual.Régimen combinado
de la educación con la producción material, etc.


EL CAPITAL


El Capital es la obra filosófica y económica suprema por antonomasia de K. Marx. Supone un análisis pormenorizado de la economía política burguesa. La crítica en esta obra se asienta en los principios económicos clásicos planteados por filósofos ingleses como: David Ricardo, Adam Smith y William Petty, complementados por la filosofía hegeliana.

Este tratado filosófico-económico fue publicado en 1867 en Hamburgo tras décadas de estudios del sistema productivo de clases que se empezaba a gestar tras la Revolución Industrial. Para la realización de esta obra se sirvió del trabajo de los manuscritos llamados “Grundrisse” o Elementos fundamentales para la crítica de la economía política, estudios con anotaciones sobre este modo de producción realizado entre 1857-1858, que luego darían lugar a otra gran obra de análisis económico como fue la “Contribución a la crítica de la economía política” y que inspiro también el Capital.

En esta magnífica obra que consta de tres volúmenes publicados en 1867, 1885 y 1894, se disecciona el modo de producción capitalista con sus diferentes particularidades. Los dos últimos volúmenes habiendo fallecido K. Marx fueron completados, terminados y editados por su amigo de toda la vida Federico Engels.

LA IDEOLOGÍA ALEMANA


Editada en 1932, la Ideología alemana fue escrita por K. Marx junto a Federico Engels colaborando en su creación, viviendo en Bruselas, entre los años 1845 y 1846. Entraña, en si una crítica exacerbada a las ideas idealistas dominantes insertas en la filosofía alemana hasta ese momento (Hegel y Feuberbach).

Llegan a la conclusión de que con esta idealización de la vida no se puede alcanzar la transformación revolucionaria. A partir de aquí comienzan a elaborar una obra, donde basada en la teoría científica pone en cuestión todos los supuestos que mantienen la producción social capitalista. Esto vendría a llamarse “Materialismo Histórico”, y su principio más adecuado en la obra seria:
”No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”

Comienzan a distinguir desde su elaboración científica asentada en la materialidad de las cosas, los diferentes modos de producción (la tribu, propiedad comunal, propiedad feudal y capitalista). Llegado a este punto aparecen los gremios, como organización productiva.

De igual forma con esta obra aprecian realizar una crítica al concepto de ideología que circulaba en el momento; para Marx y Engels, la ideología no es solo el conjunto de ideas y valores de una sociedad en un momento dado, sino la falsa conciencia de una sociedad basada en los intereses de la clase que domina en esa época histórica. A lo largo de la historia los diferentes modos de producción han traído sus relaciones sociales, y de ellas se han derivado las contradicciones de clase. Estas conclusiones criticas hacía los análisis de la época, en el caso de Feuberbach, haciéndolo al suyo materialista, el cual se encontraba imposibilitado de revelar las relaciones sociales, que hacen garantizar por medio de la producción los medios de vida. Y de este modo entran en contradicción los intereses.

La realidad del presente solo se entiende si se descubren los mecanismos por los que el hombre ha llegado a esa situación, si se llega a la comprensión de su historia. Esta es la base del mate¬rialismo histórico, que es uno de los aspectos principales de la teoría de Marx y Engels. El materialismo histórico consiste en entender la historia desde las realizaciones concretas de los seres humanos, de su acción con la naturaleza y con los otros hombres, y de las condiciones materiales de la existencia de los individuos, pues no se pueden entender las sociedades en función del pensamiento o las imágenes que tienen de sí mismas, sino por lo que los seres humanos hacen por dominar la naturaleza para la reproducción de su propia vida, por su actividad.

De especial interés es el tratamiento le dieron al concepto “Comunismo”, en el punto 5 del primer capítulo. “Desarrollo de las fuerzas productivas como premisa material del comunismo”. Y explican que, para poderse dar, debe haber un desarrollo importante de las fuerzas productivas, lo cual hará dejar atrás los niveles de necesidad. Ante tal análisis, dejan definido sus propósitos en cuanto a esta convicción:

“Para nosotros, el comunismo no es un estado que debe implantarse, un ideal al que ha de sujetarse la realidad. Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera al estado de cosas actual. Las condiciones de este movimiento se desprenden de la premisa actualmente existente”.

Mención al hilo de esto, es cuando en el capítulo 9, Feuerbach se declara comunista a través de un escrito en "Wigand's Vierteljahrsschrift", 1845, vol. 2, al decirse de él mismo como un “hombre común”. “convirtiendo esta cualidad en un predicado «del Hombre» y creyendo, por tanto, reducir de nuevo a una mera categoría la palabra «comunista», que en el mundo existente designa a los secuaces de un determinado partido revolucionario”, dispuestos a extirpar lo existente.

El capítulo tercero comienza con un párrafo espectacular, que dice así:
“Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o, dicho, en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual, lo que hace que se le sometan, al propio tiempo, por término medio, las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente. Las ideas dominantes no son otra cosa que la expresión ideal de las relaciones materiales dominantes, las mismas relaciones materiales dominantes concebidas como ideas; por tanto, las relaciones que hacen de una determinada clase la clase dominante, o sea, las ideas de su dominación. Los individuos que forman la clase dominante tienen también, entre otras cosas, la conciencia de ello y piensan a tono con ello; por eso, en cuanto dominan como clase y en cuanto determinan todo el ámbito de una época histórica, se comprende de suyo que lo hagan en toda su extensión, y, por tanto, entre otras cosas, también como pensadores, como productores de ideas, que regulan la producción y distribución de las ideas de su tiempo; y que sus ideas sean; por ello mismo, las ideas dominantes de la época……..”.

Lo que viene a decir aquí Marx y Engels es que el poder en la división social de las sociedades y concretamente la capitalista que es en la cual nos encontramos, la realizan las clases dominantes a través de unas ideas que fundamentan su control omnímodo y hasta que no son derrotadas, seguirán manteniendo ese poder (superestructura). Cualquier otro análisis, no atendiendo a estas consideraciones tendrá como fin el fracaso.

Aclaran también que la más importante división del trabajo físico e intelectual es la existente entre el campo y la ciudad. Comenzando como tal en el tránsito de la barbarie a las sociedades modernas organizadas, o del régimen tribal al Estado. A partir de estas reflexiones, analizan con profusión el desarrollo histórico y la sucesión de cambios en la clase trabajadora, partiendo de su asociación en las germinales tribus. Constituyéndose como tal la División del Trabajo, desde sus inicios, pasando por los gremios y llegando a los actuales centros fabriles. Así como la aparición de los comerciantes, relacionándose de este modo, unas ciudades con otras con las manufacturas.

La contradicción entre las fuerzas productivas y la forma de relación se ha llegado a constatar a lo largo de la historia hará posible, como tal la aparición de la Revolución. Así con todo concluyen que: “Todas las colisiones de la historia nacen, pues, según nuestra concepción, de la contradicción entre las fuerzas productivas y la forma de relación. Por lo demás, no es necesario que esta contradicción, para provocar colisiones en un país, se agudice precisamente en este país mismo. La competencia con países industrialmente más desarrollados, provocada por un mayor intercambio internacional, basta para engendrar también una contradicción semejante en países de industria menos desarrollada (así, por ejemplo, el proletariado latente en Alemania se ha puesto de manifiesto por la competencia de la industria inglesa”.

Mención aparte son las consideraciones acerca del uso de la violencia para conseguir los fines los grupos sociales a lo largo de la historia. Partiendo del hecho de las continuas conquistas en la historia de la humanidad (Roma y los bárbaros, el feudalismo y las Galias, el Imperio Romano de Oriente y los turcos, etc).

Para finalizar la obra Marx y Engels, después de analizado y explicado el desarrollo histórico del hombre y sus relaciones sociales, sostienen que la organización de las sociedades a través del comunismo servirá para “echar por tierra” la base de todas las relaciones de producción y trato hasta ahora existentes y de este modo generar un modo relacional más humano. Su implantación como hemos ido viendo partiría de una concepción materialista y económica de satisfacción por tanto de las necesidades del hombre emancipado.
Pendiente de Editar
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EL PAPEL DEL TRABAJO EN LA TRANSFORMACIÓN DEL MONO EN HOMBRE

Esta obra realizada en 1876 por Federico Engels analiza el fundamento del trabajo en la vida del hombre y como a partir de él, se ha podido crear un ser capaz de transformar su entorno. Nunca hasta entonces dos millones y medio de años atrás según lo que hoy día las ciencias arqueológicas pueden establecer, un animal había modificado consciente y productivamente su entorno. Tal como versó K. Marx en trabajos anteriores, Engels desarrolla estas tesis de la incidencia del trabajo en el ser natural del hombre con la aportación naturalista de los descubrimientos de Darwin.

Con un discernimiento concienzudo, Engels va glosando el paso de mono a hombre, desde los primeros momentos cuando se encontraban en los árboles los monos, describiéndolos de forma minuciosa, de cómo el consumo de carne hizo avanzar a esos animales hacia otro nivel de superación, transformando su metabolismo y convirtiéndolos en hombres. Esta circunstancia trajo consigo dos nuevos avances, el uso del fuego y la domesticación de animales. Las manos se convirtieron en herramientas de transformación capaces a través del trabajo de ir modelando el entorno según las necesidades del hombre. Engels lo describe de tal manera “A la caza y a la ganadería vino a sumarse la agricultura, y más tarde el hilado y el tejido, el trabajo de los metales, la alfarería y la navegación. Al lado del comercio y de los oficios aparecieron, finalmente, las artes y las ciencias; de las tribus salieron las naciones y los Estados. Se desarrollaron el Derecho y la Política, y con ellos el reflejo fantástico de las cosas humanas en la mente del hombre: la religión”.

Con los cambios continuos, requirieron de la necesidad de comunicarse, apareció de tal forma el uso de la laringe entre los primeros humanos para interactuar colectivamente. Primero fue el trabajo y después la palabra articulada. Fue de este modo como se transformó el cerebro del mono en cerebro humano, así como el resto de órganos sensoriales.

Con esas capacidades logradas, se requirió de la utilización de herramientas para facilitar el trabajo, diversificar el alcance del desarrollo del humano y de este modo se comenzó a crear el excedente en cada grupo social.

Esa es la diferencia entre el paso del mono al humano, en relación a los animales. Lo único que pueden hacer los animales es utilizar la naturaleza exterior y modificarla por el mero hecho de su presencia en ella. El hombre, en cambio, modifica la naturaleza y la obliga así a servirle, la domina. Y ésta es, en última instancia, la diferencia esencial que existe entre el hombre y los demás animales, diferencia que, una vez más, viene a ser efecto del trabajo.

Sin embargo, como bien dice F. Engels no se puede lanzar las campanas al vuelo porque la naturaleza termina por vengarse y poner las cosas en su sitio:
“Los hombres que, en Mesopotamia, Grecia, Asia Menor y otras regiones talaban los bosques para obtener tierra de labor, ni siquiera podían imaginarse que, al eliminar con los bosques los centros de acumulación y reserva de humedad, estaban sentando las bases de la actual aridez de esas tierras. Los italianos de los Alpes, que talaron en las laderas meridionales los bosques de pinos, conservados con tanto celo en las laderas septentrionales, no tenía idea de que con ello destruían las raíces de la industria lechera en su región; y mucho menos podían prever que, al proceder así, dejaban la mayor parte del año sin agua sus fuentes de montaña, con lo que les permitían, al llegar el período de las lluvias, vomitar con tanta mayor furia sus torrentes sobre la planicie. Los que difundieron el cultivo de la patata en Europa no sabían que con este tubérculo farináceo difundían a la vez la escrofulosis. Así, a cada paso, los hechos nos recuerdan que nuestro dominio sobre la naturaleza no se parece en nada al dominio de un conquistador sobre el pueblo conquistado, que no es el dominio de alguien situado fuera de la naturaleza, sino que nosotros, por nuestra carne, nuestra sangre y nuestro cerebro, pertenecemos a la naturaleza, nos encontramos en su seno, y todo nuestro dominio sobre ella consiste en que, a diferencia de los demás seres, somos capaces de conocer sus leyes y de aplicarlas adecuadamente”.
Hay que señalar como después de 143 años las precisiones tanto de Marx o de Engels se siguen cumpliendo a rajatabla, viendo la incidencia del cambio climático en este tiempo fruto del sistema de producción capitalista, implementado prácticamente en todo el mundo por los gobiernos de las burguesías.

Después de estas intervenciones desglosa F. Engels su análisis de que, con el actual modo de producción, el capitalista basado en la propiedad privada convierte en enajenado al trabajador que lo realiza y se produce una desposesión de ese fruto del trabajo, concentrándose cada vez más la riqueza en menos manos.


DEL SOCIALISMO UTÓPICO AL SOCIALISMO CIENTIFICO


Ensayo de F. Engels extraído de otra obra más extensa como fue el Anti-Dühring. Se publicó en 1882 en Alemania. Tiene este nombre tan llamativo porque el autor quería hacer frente en ese tiempo al filósofo E. Dühring muy dado a criticar la obra de K. Marx y el materialismo científico venia implícito en ellas. Recordemos que por ese tiempo se había dado la fusión de los dos partidos “obreros” para crear el Socialdemócrata alemán, pero esto K. Marx siempre lo criticó en base al ideario emergió de dicha fusión.

Con sistematicidad F. Engels estudia y hace crítica de las nociones cree son contrapuestas e incoherentes a la doctrina del materialismo histórico. A través de tres capítulos en el libro va desentrañando esta problemática. En el primero por ejemplo trata los orígenes del pensamiento socialista en Europa, desde sus inicios con la eclosión del proletariado en los albores dela revolución industrial del S. XIX. Los diferentes socialismos, por ejemplo el Utópico de Saint-Simon, Fourier y Owen, precursor del materialismo de K. Marx. Cita a Owen como iniciador del “comunismo orweliano”. De hecho, puso en práctica sus ideas en empresas en las que se involucró, pero encontró en ellas el fracaso. A Bacon, Hobbes y Locke los formula como padres de la brillante escuela materialista francesa. junto a la filosofía francesa del siglo XVIII, y tras ella, había surgido la moderna filosofía alemana, a la que vino a poner remate Hegel. El principal mérito de esta filosofía es la restitución de la dialéctica, como forma suprema del pensamiento. Y es aquí donde va introduciéndose en el siguiente capítulo.

El capítulo segundo examina la evolución del pensamiento filosófico europeo, contraponiendo la “concepción dialéctica” a la “manera metafísica de pensar”. Realiza en este punto un balance de los filósofos clásicos y de cómo llegarían a la metafísica, contraponiéndolo en el movimiento, cambio y transformación del materialismo, su más excelsa ruptura con este pensamiento inerte y arcaico. Menciona a Hegel como afluente filosófico del marxismo; analiza la inversión materialista de Hegel por Marx y la contribución de los hechos sociales a la nueva concepción materialista de la historia. Lo más importante en suceder fue la aparición del análisis dialectico que luego sería desarrollado por K.Marx.

Alude a la primera revolución obrera de 1831, signos q empezaban a mostrarse ya años atrás y ahora se hacían palpables. La lucha de clases entre el proletariado y la burguesía pasó a ocupar el primer plano de la historia de los países europeos más avanzados.
Hegel había liberado a la concepción de la historia de la metafísica, la había hecho dialéctica; pero su interpretación de la historia era esencialmente idealista. Ahora, el idealismo quedaba desahuciado de su último reducto, de la concepción de la historia y podía mostrarse la mejor de las posibilidades científicas para analizar la realidad histórica del desarrollo humano.

De este modo tanto la concepción materialista de la historia, como la revelación del secreto de la producción capitalista, mediante la plusvalía, se los debemos a Marx.

El capítulo tercero se muestra detallado el devenir progresivo del desarrollo hasta llegar al capitalismo, los conceptos centrales del «socialismo científico», mediante el desarrollo de las contradicciones esenciales de la sociedad capitalista, y pronostica el advenimiento necesario del socialismo a partir de las contradicciones internas del modo capitalista de producción.

Y así nos analiza F. Engels en este trabajo, que desde 1825, cuando apareció la primera crisis mundial, han sido seguidas de otras tantas más debido al carácter anárquico de la producción capitalista. Aparece la acumulación y centralización en pocas manos de los centros de producción. Explica secuencialmente como sería la Tasa Decreciente de la Ganancia Capitalista encarnada en el ser mismo del desarrollo de este régimen productivo. El ejercito de reserva, o sea los trabajadores quedan desamparados, como a la larga o estarán los mismos capitalistas. Ante tanta desolación el Proletario se levantará a través de su revolución y tomará el destino de sus vidas, arrancando el poder político a la burguesía y así convertirá la propiedad privada hasta ese instante en producción social pública.

Para terminar el estudio F. Engels glosa en un resumen las partes más importantes de este análisis escrito por F. Engels en enero de 1880 a la primera mitad de marzo del mismo año. Publicado en la revista "La Revue socialiste", NºNº 3, 4, 5, 20 de marzo

CRÍTICA DE LA FILOSOFÍA DEL DERECHO DE HEGEL



La obra siguiente vamos a analizar fue escrita en 1843, “Crítica de la filosofía del derecho de Hegel” es, como bien define su título una crítica sobre todo a Hegel, pero no tanto referido a la filosofía del derecho de este pensador, sino más bien a la consideración de Hegel hacia el Estado, desmitificándolo con sus reflexiones.

Primeramente, plantea la necesidad de superar la alienación religiosa, nótese estaba haciendo critica a la filosofía hegeliana en un contexto alemán. Menosprecia el tratamiento se le dispensa a ese altar de la filosofía alemana y antecede el que sigue presente y sigue extendiendo sus efectos en la conciencia y la vida de los pueblos. Así señala el que la religión sea “el opio de los pueblos”. En el fondo Marx quiere decir que ha sido superada la crítica “filosófica” de la religión, la crítica de la religión como “error” que la filosofía puede desvelar y corregir; la religión como fenómeno exclusivamente de la conciencia, territorio que la filosofía cree gestionar sin limitaciones. En definitiva, reivindica la búsqueda de la felicidad y que para eso ocurra se ha de romper con las ataduras de la religión porque en sí misma no dispensa más que esclavitud y sojuzgamiento.

Tras esos análisis de la religión inserta en la filosofía de Hegel y por lo tanto del contexto alemán del momento, pasa a reflexionar acerca de la historia de Alemania, identificándolo como un régimen anciano, desfasado como a economía proteccionista. Compara Alemania con Francia e Inglaterra exponiendo el atraso consiguiente del Estado teutón, el cual comienza ahora por donde terminaron ya aquellas dos naciones. Se trataría pues de superar en Alemania el monopolio y colisionar contra él para cómo están situados en Francia e Inglaterra dominando la Economía política sobre la riqueza.

En el apartado 5º –La Praxis-. K. Marx de nuevo menciona a la religión, uniendo su estudio a la historia de Alemania y la aparición de Lutero. Para él supuso la constatación de una revolución, el planteamiento de un problema, rompió con los esquemas hasta ahora impuestos, no supuso el protestantismo la solución como tal, pero si fue la conciencia de un problema intrínseco en Alemania. De este modo lo expresa en la obra:
“En vísperas de la Reforma, la Alemania oficial era el siervo más incondicional de Roma. En vísperas de su revolución, es hoy el siervo absoluto de menos que Roma: de Prusia y Austria, de aristócratas de aldea y filisteos”.
El apartado 6º -El Proletariado-. Especifica con claridad el modo el cual un pueblo puede llegar a ser emancipado. Éste es un concepto del cual no se olvidará jamás en su obra:
“Un pueblo sólo pondrá por obra la teoría en cuanto ésta represente la realización de sus necesidades”.

Referido a la Alemania de su tiempo K. Marx escruta la aparición del Proletariado, como clase que hará capaz la liberación a partir del hecho de la implantación de la industrialización del país, constituyéndose como clase en sí, concretándose en ella la unión de intereses de todos los segmentos de la sociedad alemana para emanciparse y esto al entender de Marx sólo podrá pasar acabando con los presupuestos anteriores y destruyéndolos para crear unos nuevos para ganarse a sí mismo. Y de este modo termina diciendo:
“Esta disolución de la sociedad, en la forma de un estamento especial, es el proletariado”.
Con forma de conclusión y perfecto resumen del trabajo, se podría señalar el último párrafo de la obra, donde apesadumbrado espeta las posibilidades de emancipación del pueblo alemán y encamina la forma de llevarlo a cabo de una manera específica.

Lamentablemente, el análisis del Estado nunca fue abordado por Marx de forma directa y nos tendremos que quedar con reflexiones trasversales a lo largo de toda su obra, pero valga este análisis para intuir por donde hubiesen ido sus ideas:
“La única liberación de Alemania que es prácticamente posible, se basa en el punto de vista de la teoría que proclama al hombre el ser supremo para el hombre. En Alemania, la emancipación de la Edad Media sólo es posible como emancipación simultánea de las superaciones parciales de la Edad Media. En Alemania no se puede acabar con ninguna clase de esclavitud, sin acabar con todas las clases de esclavitud. La concienzuda Alemania no puede hacer la revolución sin hacerla desde el mismo fundamento. La emancipación del alemán es la emancipación del hombre. La cabeza de esta emancipación es la filosofía, su corazón el proletariado. La filosofía no se puede realizar sin suprimir el proletariado; el proletariado no se puede suprimir sin realizar la filosofía. Una vez que se hayan cumplido todas las condiciones internas, el canto del gallo francés anunciará el día de la resurrección alemana”.
Pendiente de Editar

MISERIA DE LA FILOSOFÍA


La “Miseria de la filosofía”, es una obra escrita por K. Marx escrita y publicada en 1847. En ella hace crítica de otro trabajo del filósofo anarquista francés Pierre-Joseph Proudhon, del libro “Filosofía de la Miseria” de 1846. K. Mars somete a este filósofo, economista pequeño burgués a una crítica descarnada de su teoría, donde ponía de relieve sus nociones erróneas vendiendo al proletariado al pensar según Proudhon la posibilidad de transformar el capitalismo por la vía pacífica, reformándolo con retoques puntuales, eliminando de él los efectos perversos y dejando lo positivo. Siendo ésta una de sus primeras obras apoya sus juicios en el materialismo científico, a través del método dialectico legado por Hegel, continua hoy siendo imprescindible para el entendimiento del reformismo que toma de Proudhon estas ideas reaccionarias.

K. Marx juzgaba de él y sus seguidores la ceguera de las manifestaciones provocaba el capitalismo: “ven en la miseria solamente la miseria, sin notar su lado revolucionario, subversivo, el lado que derrocará a la vieja sociedad”.

Divididos en dos capítulos, donde en el primero de ellos analiza la oposición entre el valor de uso y el valor de cambio, valor constituido o valor sintético y la aplicación de la ley de proporcionalidad de los valores.

En este capítulo va criticando la falta de acierto de Proudhon para ver la diferencia entre valor de uso y valor de cambio, explicando sus planteamientos, valiéndose de la teoría de D. Ricardo “Oferta y demanda”, la cual también pone en tela de juicio acusándolo de “cínico”, cuando mal utiliza categorías de la economía política:
“El valor relativo de una mercancía es determinado por la cantidad de trabajo requerido, para producirla, de aquí se deduce naturalmente que el valor relativo del trabajo, o salario, es igualmente determinado por la cantidad de trabajo preciso para producir el salario. El salario, es decir, el valor relativo o precio del trabajo, se determina, pues, por el tiempo de trabajo que hace falta a fin de producir todo lo necesario para el mantenimiento del obrero”.

En su repaso a las teorías económicas, reprocha concretamente a John Francis Bray, un refutado socialista ricardiano, las ideas repercutirían en los análisis de Proudhon, las cuales ven intercambio de productos, pero no reconocen intercambio de tiempos de trabajo q participan en la producción. John Francis Bray convierte la ilusión del buen burgués en el ideal que él quisiera ver realizado. Depurando el intercambio individual, eliminando todos los elementos antagónicos que en él se encierran, cree encontrar una relación “igualitaria”, que quisiera instaurar en la sociedad.

En el segundo capítulo habla acerca de la metafísica de lo que para K. Marx siempre es economía política: analiza el método, la división del trabajo y las máquinas, la competencia y el monopolio, la propiedad o la renta de la tierra y las huelgas y las coaliciones de los obreros.
En este capítulo en la introducción habla de Proudhon como un nuevo Quesnay, recordemos que este ayudante médico de Luis XV, Ultimo rey absoluto y representante de la decadencia de la monarquía francesa, fue uno de los primeros economicistas versaron y equipararon a la economía como al cuerpo humano y su sangre como las relaciones dinerarias. En esta línea somete a Proudhon a siete observaciones acerca de sus teorías. Desmenuzando una por una sus apreciaciones.



CRÍTICA AL PROGRAMA DE GOTHA


Trabajo importante de K. Marx, donde se critica el programa de la socialdemocracia alemana compuesto de frases pequeñoburguesas para el Congreso de Gotha celebrado en 1875, donde las posturas más avanzadas serían derrotadas por el mezquino cortoplacismo lassalleanismo burgués.
En este Congreso se fusionarían la Asociación General de Trabajadores de Alemania (ADAV), creada en 1863, liderado por Ferninad Lassalle y el marxista Partido Socialdemócrata Obrero de Alemania (SDAP), creado en la ciudad de Eisenach en 1869 y liderado por Wilhelm Liebknecht y August Bebel, para dar nacimiento a un nuevo partido, el Partido Socialista Obrero de Alemania, ya en 1891 tomarían el nombre de Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), aun existente. En este mismo año se adoptaría por este partido el programa de Erfurt, aún más conservador y previo al pensamiento traidor socialdemócrata.

Escrita en 1875, se publicó en 1891. Constituye este trabajo una obra monumental contra el oportunismo que aun hoy en día se deja ver, sus análisis atemporales centrados en el comunismo científico marcan los parámetros para reconocer las políticas claudicantes.

En ella K. Marx depura conceptos tratados hasta ese momento por él, suma a estos, otros nuevos y realiza aportes al Socialismo Científico verdaderamente impecables. Junto a su clásico “el trabajo humano es la fuente de la riqueza”, en esta obra criticaría la “Ley de bronce del salario”, ley que perpetuaba la miseria del proletariado propuesta por algunos economistas clásicos de aquella época, según la cual los salarios reales tienden "de forma natural" hacia un nivel mínimo, que corresponde a las necesidades mínimas de subsistencia de los trabajadores. En esta postura se encontraba Lassalle y K. Marx a través de este análisis la destruye y evidencia para la clase obrera la traición que supone dicha ley. Otra de las disquisiciones que le hace a Lassalle es su nulo empeño en atacar a los terratenientes como núcleo de expropiación de la riqueza para el conjunto de la sociedad.

De esta manera llega a la conclusión de que con el Comunismo, las fuerzas productivas llegarán a un grado de desarrollo que se podrá enarbolar la bandera de “cada uno trabaja según sus capacidades, y recibe según sus necesidades”. Marx desarrolla los principios expuestos en el Manifiesto del Partido Comunista y formula las reivindicaciones políticas del partido proletario, sentando la tesis clásica de la dictadura del proletariado, la cual habla del periodo revolucionario necesario de transito de una sociedad capitalista a otra socialista, periodo el cual el Estado se ha de convertir en una dictadura revolucionaria del proletariado. Esta sería una de las novedosas aportaciones que aparecerían en este trabajo. De este modo para alcanzar la sociedad comunista y llegar a su objetivo, atravesaría dos fases. En la primera, el comunismo conservaría todavía ciertas tradiciones del modo de producción anterior, el capitalista, pero ya en su fase superior las fuerzas productivas estarían tan desarrolladas que la productividad alcanzaría para cubrir las necesidades de la clase obrera. Se da por supuesto el que la propiedad de los medios sería de la clase obrera.

Una crítica particular a Lassalle es la acusación le hace de “chovinista” al no ir más allá de la organización de la clase obrera del ámbito nacional, sin ver como decía Marx:
“Pero "el marco del Estado nacional de hoy", por ejemplo, del imperio alemán, se halla a su vez, económicamente, "dentro del marco" del mercado mundial, y políticamente, "dentro del marco" de un sistema de Estados. Cualquier comerciante sabe que el comercio alemán es, al mismo tiempo, comercio exterior, y la grandeza del señor Bismarck reside precisamente en algún tipo de política internacional”.
De igual forma K. Marx hizo añicos la afirmación de Lassalle referida a la clase obrera y su imposibilidad de aliarse con otras clases como el campesinado. De hecho, las enunciaba señalándolas como “masa reaccionaria”

Marx hizo un genial “análisis del vínculo entre el desarrollo del comunismo y la extinción del Estado”, a través de la propuesta del Programa de Gotha en materia de Educación, subraya la importancia de no intervención del Estado en este aspecto, si no es tan solo para articular el acceso a los recursos de las escuelas públicas, las condiciones de capacidad del personal docente, las materias de enseñanza, etc., pero para nada más. Tal como él lo veía, lo que habría que hacer era sustraer de la influencia del poder del Estado y la Iglesia a la escuela, o sea alejar ese agente adoctrinador de la Burguesía de la conciencia de los niños.

Termina la obra haciendo critica de diversas propuestas incluidas en el Programa de Gotha como la limitación en el trabajo infantil, restricciones en el trabajo de la mujer, la jornada laboral, Inspecciones de trabajo, etc., y todas ellas van en el sentido de haberlas pasado a este programa sin precisar y aun con todo con deficiencias notables. Tal es el caso de la jornada laboral, la cual la propuesta en el Programa de Gotha no fija la duración de la misma.

Engels juzgó necesario publicar la Crítica del programa de Gotha “como algo totalmente nuevo, algo oportuno y actual en el grado más elevado” (Carta de Engels a Kautsky, 13 de diciembre de 1890). La Crítica del programa de Gotha fue publicada a despecho de la resistencia de los oportunistas de la II Internacional.

DIALÉCTICA DE LA NATURALEZA


La Dialéctica de la Naturaleza es una obra de F. Engels encuadrada dentro de sus trabajos sobre ciencias naturales basadas en el método dialectico y materialista científico. Publicada en 1925 por primera vez y escrita entre 1873 a 1883.

El autor veía imprescindible el estudio de las Ciencias Naturales aplicándole la concreción materialista de la historia, de este modo no se caería en los análisis idealistas como lo habían hecho filósofos como Hegel. En un primer repaso introductorio va desmenuzando los estudios de los filósofos clásicos: Aristóteles, Demócrito; aparecieron los pensadores del Renacimiento como Da Vinci, Durero, Maquiavelo hasta encontrarse la erudición con la Iglesia, tanto la católica, como la protestante, de la que habla F. Engels sobre todo de Lutero. Vendrían posteriormente Neper, Leibniz, Newton. Todo este ingente arsenal de conocimiento estaba inserto en el tiempo se desenvolvía. De alguna manera aun regia el modo idealista de ver las cosas y su análisis. Copernico inicio la ruptura con ese orden de cosas dominado por la teología, a él le debemos ese paso tan importante de plantar cara a la idea dominante.

Gran parte de la obra constata el avance del estudio de la Naturaleza y es aquí donde se para a desengranar los avances de Darwin en su obra “El origen de las especies”. Toma de su anterior trabajo “El Papel del Trabajo en la Transformación del Mono en Hombre”, ideas para ampliarlas en este otro.

Engels analiza profundamente la teoría de Darwin sobre el origen de las especies, dedicando además una especial atención a la elaboración del problema del papel del trabajo en la humanización del mono (Ver: Humanización del mono por el trabajo). En el terreno de las matemáticas, Engels se ocupa mucho del problema de la infinitud (de lo infinitamente grande y de lo infinitamente pequeño), demostrando que nuestras representaciones acerca de la infinitud reflejan la infinitud de la propia Naturaleza en lo grande y en lo pequeño, y que la introducción de la cantidad variable en matemáticas superiores conduce a la penetración de la dialéctica en las matemáticas. Analiza el importante problema de la casualidad y la necesidad, el problema de las leyes que rigen la Naturaleza.

Ciertas tesis expuestas en ese libro, se han anticipado en varias décadas al desarrollo de las ciencias. Este libro es un modelo de análisis dialéctico de los problemas complejos de las ciencias naturales, y enseña a los filósofos y a los hombres de ciencia a mostrarse intransigentes con toda manifestación de idealismo y de misticismo en las ciencias.

F. Engels da cuenta de las fanfarronadas de su tiempo relacionadas con la superchería de ciertos investigadores, enuncia por ejemplo a Spencer Hall, que encubiertos en sus halos de descubridores de otra dimensión o vida científica espiritista, no hacían más que difundir bulos, lo cual reflejaba el daño estaba haciendo la metafísica aun en la conciencia de las personas.

Ante este panorama F. Engels pasa a enunciar las Leyes de la Dialéctica en el siguiente tratado, tales leyes se abstraen de la de la historia de la naturaleza y de la historia de la sociedad humana. Hegel las fue desarrollando, pero desde un punto de vista idealista:

- ley del trueque de la cantidad en cualidad, y viceversa
- ley de la penetración de los contrarios
- ley de la negación de la negación.

La primera habla de las transformaciones se producen cuando se acumulan cambios al acumular una multitud de hechos demostrativos cualitativos y estos influirán en provocar cambios cuantitativos graduales. La teoría burguesa huye de estos fundamentos, ellos creen que son toda una sucesión de lo mismo y que nunca se llega a producir cambios cualitativos, de este modo no pueden ver los fenómenos en curso, alimentando de esta forma toda clase de conclusiones metafísicas o idealistas. Engels cita ejemplos para demostrar tales ideas, como la energía calorífica a través de unos hilos en la bombilla que hará encender laos filamentos y dar luz, o el cambio del punto de evaporación o congelación, según se le aplique calor o frio. Este descubrimiento terminó por dar la puntilla a las teorías metafísicas.

La segunda es la más importante dentro de la Dialéctica y habla acerca la unión y contradicción implícita en las cosas y los fenómenos de la naturaleza, siendo éstas fuerzas los motores de transformación. Mientras examinamos las cosas en forma estática, cada una aisladamente, no tropezamos con las contradicciones que llevan en sí. Es como la acción de andar y estar parado, implican una unidad misma pero cada una es diferente, si te encuentras parado no estas andando, en cambio sí paras no estarás en movimiento. Hay se encuentra la contradicción en sí misma. En la Naturaleza siempre hay algo que nace y se desarrolla, y algo que muere y caduca. La lucha entre lo viejo y lo nuevo, entre lo que muere y lo que nace, entre lo caduco y lo que se desarrolla, constituye la ley del proceso de evolución. Eso es la unidad de los contrarios y está sujeta a cambios, como entre el Proletariado y la Burguesía dentro el capitalismo, con la falta de alguna de estas clases no sería posible este modo de producción, de ahí que Lenin dijese que:

“La unidad de los contrarios es una unidad condicional, temporal, relativa, y la lucha entre ellos, absoluta, como absoluto es el desarrollo, el movimiento. La unidad de los contrarios es al mismo tiempo su conexión interna, su penetración y su exclusión recíprocas, la negación mutua, la lucha”.

La tercera Ley de la negación de la negación es una de las leyes fundamentales de la dialéctica también, en ella reside los axiomas esenciales de la Dialéctica marxista. Cada fenómeno, acto, idea, lleva implícito su negación. Se produce un proceso interno de contraposición de ideas para hacer nacer otra nueva, es como la lucha entre lo naciente y lo caduco, lo nuevo y lo viejo. No significando esta ley la negación por llevar la contraria sin más, negar por negar, si no que existe un proceso unitario del cual se desprende un resultado. El comunismo sería la negación del capitalismo, pero sin el desarrollo de las fuerzas productivas realizado por el capitalismo no sería posible. De esta manera el movimiento no se interpreta de forma circular para volver al mismo sitio si no como un movimiento continuo, en línea ascendente. El Comunismo sería la negación del capitalismo, régimen explotador del ser humano.

Engels aplicaría estas leyes a las teorías que sobre la naturaleza iba demostrando en sus diferentes aplicaciones: la del movimiento, atracción y repulsión, etc. asociándolas a sus descubridores y teóricos matemáticos. Presentando ecuaciones, algoritmos, estudios que precisaban un método que contrapondría al metafísico. Todas asociadas en los estudios que elaboró referidos a: Física, Eléctricidad, Química o Termodinámica.
De esta forma dio otro paso encontrando el verdadero sentido de la ley de conservación de la energía, como ley de la transformación cualitativa de la energía, declarándola, además, ley absoluta de la unidad del movimiento universal de la materia. En un momento de la obra Engels aborda el llamado segundo principio de termodinámica y pone al descubierto la falsedad de la conclusión de este principio, realizada por los sabios burgueses, en especial Clausius, tendente a concluir que llevaría a la muerte térmica de la naturaleza, si se aplica la segunda Ley de la Termodinámica, de él diría lo siguiente:

“La tesis II de Clausius puede interpretarse como él quiera. Siempre se producirá pérdida de energía, si no cuantitativamente, sí de un modo cualitativo”. Así lo argumentaba el estudioso:

“La entropía no puede destruirse por vía natural, pero sí crearse. Al reloj del mundo hay que darle cuerda, después de lo cual marcha hasta que se pare al equilibrarse las pesas, sin que pueda volver a ponerlo en marcha más que un milagro. La energía empleada para darle cuerda se pierde, por lo menos cualitativamente, y sólo puede producirse mediante un impulso desde fuera. Esto quiere decir que el impulso desde fuera fue también necesario al principio, lo que significa que la cantidad del movimiento o de la energía contenida en el universo no es siempre la misma, razón por la cual la energía tiene que ser susceptible de ser creada y, por tanto, también de ser destruida”.

Estas afirmaciones F. Engels las calificaba de absurdas, ya que no dejaba otra posibilidad que la de una solución metafísica:

“Hacia el estado de un equilibrio calorífico, sin posibilidad de salida por la acción de la propia Naturaleza y que la única salvación consistiría en la intervención de una fuerza extranatural, en dios.

La Concepción de la Naturaleza, entre los Antiguos es otro de los apartados de este estudio de Engels donde examina las ideas sobre la Naturaleza de los diferentes filósofos clásicos. Tras este punto aparecería en la obra los distintos inventos se han logrado a lo largo de la historia.
Menciona también a Feuerbach, que no se hizo cargo de todo este tipo de progresos, pero no por culpa de él sino más bien de las condiciones en que se encontraba Alemania de un deplorable atraso. De esta forma él seguía si desprenderse de su ser idealista.

La metafísica y también la idealista se queda en las formas más iniciales de la contradicción. La metafísica suplanta el movimiento y la unidad concreta de la diversidad con la descripción exterior del movimiento y de los aspectos del objeto confrontados solo exteriormente. Ahí radica la diferencia entre Engels y lo que expondría Feuerbach.

Resumiendo, en esta obra existe una profunda crítica al materialismo mecanicista, al igual que a las teorías idealistas de los sabios naturalistas y matemáticos burgueses y de su método metafísico. En Dialéctica de la Naturaleza, Engels echa los cimientos de la teoría de las diversas formas del movimiento de la materia.

Al analizar el desarrollo histórico de las ciencias naturales y de las matemáticas, demuestra cómo los sabios naturalistas se ven cada vez más necesitados de pasar del pensamiento metafísico al dialéctico, lo que se refleja fructíferamente en el desarrollo de las ciencias naturales. Somete a un detallado análisis filosófico una serie de leyes fundamentales de las ciencias naturales y descubre su verdadero sentido y significación.


TESIS SOBRE FEUERBACH


Esta obra corta de K. Marx pone de relieve el autor su confrontación con las ideas predominantes hasta el momento de un idealismo alicorto y anclado en la inacción. Sobresale en su redacción, en concreto la Tesis XI, con la que se cierra la obra:
“Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”.

Delimita de tal manera, la percepción de las cosas, de los asuntos ocurren a nuestro alrededor a un rango humanista de captación. El materialismo anterior a Marx era contemplativo, inerte, con Marx rompiendo esta escuela filosófica se encauza en una línea de transformación, critica y rupturista con ese pasado. De ahí que Althouser fije la barrera en la finalización de este trabajo y el de la Ideología alemana en el periodo de entrada del Marx adulto, a partir de 1845.

De este modo es perceptible en la Tesis 3, cuando Marx analiza las reflexiones dominantes sobre los efectos de la educación y las circunstancias en la acción de los hombres para conformarlos como seres sensoriales y activos, pero obvian que esta educación es realizada por los mismos hombres, capaces de cambiar las circunstancias a poco se lo propusieran. Así de esta forma se podría entender desde una visión revolucionaria.
En la Tesis 4, entra con claridad a revelar el principal problema de ese idealismo feuerbachiano, diluyendo la base religiosa en la esencia humana, imposibilitando de separarlos para hacer predominar la percepción materialista de las cosas, dentro de las relaciones sociales de una sociedad. Es a partir de esta tesis cuando su crítica se convierte en demoledora a la realizada por Feuerbach.

Un materialismo llamado por K. Marx, contemplativo hijo de estos filósofos alemanes, muy limitado en sus análisis del mundo que les rodea ya que se enclaustra en la nulidad practica de las teorías y praxis necesarias, y que como dice la Tesis IX, sólo llega a contemplar a los distintos individuos dentro de la "sociedad civil", muy al contrario de la defendida por K. Marx que rompería con esa visión tan alicorta encauzándola hacia otra universal y revolucionaria.


MANUSCRITOS ECONÓMICOS Y FILOSÓFICOS DE 1844


Publicados el año 1932, a cargo del Instituto Marx-Engels, con la ayuda de otras instituciones como el Partido Social Demócrata Alemán (PSD) y el Instituto de Investigación Social de Frankfurt (IIS), después pasará a llamarse como Escuela de Frankfurt. Fueron escritos entre marzo y agosto de 1844.

Lo primero que habría de decir es que se trata de una obra del periodo juvenil de Marx. Argumentados desde su anterior obra "Notas sobre James Mill", se trataba de su primera incursión en serio trabajando la economía burguesa. El autor dejó a propósito en una posición de borrador dichos escritos, hasta que en 1932. En un principio pasaron inadvertidos, debido al periodo convulso se vivía y la difusión restringida de ellos mismos. En ruso se publicarían en 1956, y en los países europeos lo harían en las décadas ´50 y ´60.

El comienzo contiene dos apéndices a un texto perdido que han sido titulados, respectivamente, por V. Adoratsky: Propiedad privada y trabajo, Propiedad privada y comunismo. A continuación, crítica a la Filosofía hegeliana y el Prólogo, que aquí se ha colocado al comienzo.
Divididos en tres Manuscritos, el primero de ellos consta de nueve folios, (l8 hojas, 36 páginas). Marx decidió unir todos estos folios para conformar un cuaderno. Las páginas fueron divididas antes de escribir en ellas en tres columnas, con dos rayas verticales. En cada columna de izquierda a derecha el siguiente texto: Salario, Beneficio del Capital, Renta de la tierra. Marx consideraba de importancia teorizar acerca de estas tres categorías de modo particular cada una de ellas, pero a partir de la página 22 se salta esta ordenación y empieza a escribir en toda la página. Esta parte se llamaría “Trabajo enajenado”. En la página 27 se corta el Manuscrito.

El segundo Manuscrito consta de un folio (2 hojas, 4 páginas, numeradas del XL al XLIII). Dejado sin terminar, comienza a la mitad de una frase y se supone sería el comienzo de un texto más amplio.

El tercer Manuscrito es más denso y contiene un cuaderno formado por 17 folios (34 hojas, 68 páginas las últimas 23 no escritas). La numeración de Marx salta de la pág. XXI a la XXIII y de la XXIV a la XXVI.

Siempre se ha dicho que esta obra pertenecería al periodo del “Joven Marx”, anteponiéndolo al periodo maduro más revolucionario y analítico. Las categorías aparecen en esta obra son fundamentales en el estudio posterior del autor. Ya en los Manuscritos de 1844. Marx está señalando el trabajo humano como central en la vida social y aunque enajenado, comprende la función social para generar las condiciones materiales de existencia. A la misma vez define con claridad el papel ha de cumplir el proletariado en ella. Superada la herencia hegeliana y feuerbachiana, la cual critica en la obra, K. Marx devela las características de la división social del trabajo, la concentración de los capitalistas y su propia competencia, y también la importancia de las tecnologías en la puesta en marcha de la producción. Relaciones cosificadas en las que los objetos (mercancía, dinero y capital) que materializan esas relaciones sociales adoptan el carácter de fetiches, razón por la cual las relaciones entre los hombres, al presentarse como relaciones entre cosas, dejan de ser transparentes. De este modo como sostiene K. Marx en la obra afirmando que con el comunismo se constituirá la superación definitiva de la enajenación.

Marx entendía el “Trabajo enajenado”, como la forma concreta de la enajenación del obrero en la producción capitalista, con lo cual su reivindicación del humanismo intrínseco en el obrero supone en esta obra la constatación de la batalla entre las interpretaciones humanistas abstractas y las cientifistas Los primeros sostendrían a la continuidad sin fisuras del pensamiento de Marx a partir de sus obras de juventud, mientras que los segundos , sostendrían que el verdadero Marx estaría en sus obras de la madurez. tanto, habría una discontinuidad radical, ya que el Marx humanista de la juventud sería puramente ideológico, en tanto que el de la madurez sería -según la expresión de Althusser- un "antihumanista teórico". Con lo cual, estriba ahí la polémica, unos analizando estos textos como la obra humanista definitiva de Marx y los otros aduciendo de ella que se trata de una obra premarxista, tal argumentaba Althusser.

En la obra también escribe en alusión a Joseph Proudhon para recriminarle ciertas apreciaciones como la que hace acerca del anarquismo de la “libre competencia”, no podrá asegurar nunca la continuidad del trabajo. Y sí hará en todo caso, tal como se afirma en la obra que el aumento de la competencia entre capitalistas, tal como estamos observando hoy en día, hará caer los beneficios de los mismos. También le afea ese falso espejismo de que si se consiguiese la igualdad salarial o la mejora del mismo, constituirían en si la consecución de la revolución salarial.
En esta obra aparece unos de los asertos bien definidos de la obra conjunta de K. Marx, "La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas.", o lo que vendría a ser el fetichismo de la mercancía, tan recurrente a posteriori en la obra de Marx.


La naturaleza para Marx “es el cuerpo inorgánico del hombre”, en ella se extrapola, confiriéndose esa relación donde el hombre no nace de ella, si no que la constituye. “El animal produce según su necesidad, el hombre lo hace universal”. El animal produce unilateralmente, lo hace por necesidad física, el hombre lo hace para hacer girar todo alrededor de él mismo, de ahí el carácter humanista de la obra de Marx. Con estas afirmaciones K. Marx nos dice que el hombre tiene conciencia de elevarse por encima de sí mismo.

En el segundo Manuscrito, menciona a D. Quijote como un capitalista a los ojos de un terrateniente. Un competidor nato en su carrera hacia el enriquecimiento. Tratándolo de mezquino, egoísta, codicioso. Recuerda el pasado de triunfos del terrateniente y como de él nació el capitalista, siendo sus propiedades, las tierras fuente de la riqueza, en este punto analiza a los fisiócratas. A ello siempre opondrá Marx, el comunismo como sistema de superación de la propiedad privada.

En definitiva, en este trabajo se aprecia lo que será un Marx más concienzudo en siguientes trabajos, abriéndose a explorar las categorías ya intuidas en esta obra. División del Trabajo, enajenación, Trabajo enajenado, beneficio relativo de los obreros, Tasa de ganancia, etc. Y otras las pulirá como la mercancía Dinero, clases sociales, explotación, etc. Para análisis posteriores.


EL DERECHO DE LAS NACIONES A LA AUTODETERMINACIÓN


La Autodeterminación de las Naciones es una propuesta del programa de los marxistas rusos que en su apartado 9, explicita las bases y condiciones para alcanzar ese objetivo. En su día fue criticado duramente entre otros por el liquidacionista ruso Semkovski, el bundista Libman y el socialnacionalista ucranio Yurkévich, estos tres señores le dedicaron en sus periódicos un gran desprecio.

Lenin quiso hacer frente a esta ofensiva a través de este articulo refutando tales argumentos para desactivarlos, ya que consideraba no aportaba nada que no hubiese ya dicho Rosa Luxemburgo en su artículo de 1908-1909: La cuestión nacional y la autonomía. En esta obra Rosa Luixemburgo se suma a quienes criticaban el punto noveno del programa del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), el cual lo consideraba metafísico y abstracto.

Lo primero que les espeta es su ignorancia por no saber de dónde proviene esa reivindicación, aparecida ya en el programa ruso de 1903 y también en una decisión del Congreso Internacional de Londres de 1896. A Rosa Luxemburgo le echa en cara dejarse llevar por elucubraciones divertidas para conocer la voluntad de un pueblo, tampoco aclara si sus argumentos se basan en definiciones jurídicas o en la experiencia de los movimientos nacionales del mundo entero.

Lo que habría que decir es que el triunfo del capitalismo sobre el feudalismo se basó en gran medida al sostén de los movimientos nacionales y la estrategia de la burguesía de concentrar los mercados unificándolos en una unidad económica, derrotando a los diversos señores feudales diseminados por el territorio y de este modo adquiriendo una cohesión estatal alrededor también como especificó Lenin de un idioma, que hará factible la comunicación entre los integrantes de ese espacio conjunto.

Lenin lo resumiría de esta forma:

“Por ello, la tendencia de todo movimiento nacional es formar Estados nacionales, que son los que mejor cumplen estas exigencias del capitalismo contemporáneo. Impulsan a ello factores económicos de lo más profundos, y para toda la Europa Occidental, es más, para todo el mundo civilizado, el Estado nacional es por ello lo típico, lo normal en el período capitalista”.

De este modo recalca taxativamente que la autodeterminación de las naciones significa, yendo al grano y no perdiéndose en procedimientos jurídicos, si nos atenemos a los desarrollos históricos en paralelo y a las condiciones económicas de esos movimientos nacionales, se traduciría en una separación estatal del conjunto de una nación, constituyéndose un Estado nacional independiente.

Es aquí cuando Lenin comienza una argumentación basándose en el folleto de Kautsky “Nacionalidad e internacionalidad” para desarbolar a Rosa Luxemburgo, aduciendo de ella que tome citas de este texto de Kautsky y no se dé cuenta que lo que hace el autor es describir las mejores condiciones para darse un Estado nación. Le critica también que exponga la imposibilidad de poder llevar a cabo la autodeterminación de Estados pequeños como: Montenegro, Rumania, Serbia, etc. por la dependencia al capital y no vea como incluso grandes naciones como Rusia dependen del capital financiero imperialista. Le recrimina que confunda la autodeterminación de los Pueblos con la autodeterminación en lo económico. A este respecto pone el ejemplo de Asia con la aparición de un Estado como Japón, el cual ha desarrollado una potente producción mercantil, avanzando en el capitalismo y a la misma vez sojuzgando a otras colonias. Siendo así, ratifica las tesis de Kautsky “el Estado nacional es regla y norma del capitalismo”, contradiciendo a Rosa en sus argumentaciones.

En cuanto al planteamiento histórico concreto de la cuestión, Lenin explicaba lo siguiente. Primero de todo analizar en el contexto y con un repaso histórico al desarrollo del país se este estudiando, a la misma vez que comparándolo con otros países para ver sus particularidades concretas.

A este respecto habría que contextualizar lo siguiente. El régimen zarista sometía a las nacionalidades del imperio ruso a la más feroz opresión. Según el censo de 1897, el último bajo el régimen imperial, de una población de 129 millones de habitantes sólo 55,6 millones eran rusos, un 43% del total. Sin embargo, la lengua rusa, la religión ortodoxa oficial y la administración zarista eran impuestas al 57% restante, compuesto por decenas de nacionalidades y grupos étnicos: ucranianos, bielorrusos, polacos, finlandeses, lituanos, letones, judíos, los pueblos caucásicos, los pueblos turco-tártaros, moldavos, alemanes, etc. Para afianzar su dominio, el zarismo recurría a menudo a los pogromos —linchamiento masivo de un determinado grupo cultural— e incluso al exterminio de poblaciones enteras, especialmente en el Cáucaso. El carácter multinacional del imperio ruso, esa cárcel de pueblos, utilizando palabras de Lenin, se debió a su peculiar desarrollo histórico. Mientras que en el siglo XIX el capitalismo industrial estaba ya muy avanzado en el occidente europeo, en Rusia la servidumbre de la gleba no fue abolida jurídicamente hasta el año 1861.

Lenin distinguió, por tanto, dos épocas diferenciadas en el capitalismo: una de ellas la bancarrota del feudalismo y el absolutismo, correspondiendo por consiguiente a la creación de los Estados nación. la época en que los movimientos nacionales adquieren por vez primera el carácter de movimientos de masas Y la época donde las estructuras de estos países ya conformados en Estados burgueses capitalistas se han definido y como tal existe el antagonismo de clase entre proletariado y burguesía.

En esa línea Lenin explica:

“Lo típico de la primera época es el despertar de los movimientos nacionales y la incorporación a ellos de los campesinos, que son el sector de la población más numeroso y más "difícil de mover" para la lucha por la libertad política en general y por los derechos de la nación en particular. Lo típico de la segunda es la ausencia de movimientos democráticos burgueses de masas, cuando el capitalismo desarrollado, al aproximar y amalgamar cada día más las naciones, ya plenamente incorporadas al intercambio comercial, pone en primer plano el antagonismo entre el capital fundido a escala internacional y el movimiento obrero internacional.”

Estos párrafos son los fundamentales para hacer valer su crítica contra R. Luxemburgo, defendiendo a la misma vez el programa de los marxistas rusos, ante sus diatribas vacías exentas de análisis dialectico sin concretarlo en la observación histórica del fenómeno se da pone en Rusia.
R. Luxemburgo siempre defendería el derecho de Polonia a poseer una autonomía ante Rusia, como eje de sus estudios contrarios a la autodeterminación de los pueblos, concretamente en su artículo "El problema nacional y la autonomía".

A este respecto R. Luxemburgo en su cruzada contra el Derecho de Autodeterminación escribiría en clara oposición al programa de los marxistas rusos en su apartado noveno:

"...A pesar de lo elástico que es el principio del "derecho de las naciones a la autodeterminación", que es el más puro de los lugares comunes, ya que, evidentemente, se puede aplicar por igual no sólo a los pueblos que habitan Rusia, sino también a las naciones que viven en Alemania y en Austria, en Suiza y en Suecia, en América y en Australia, no lo encontramos ni en un solo programa de los partidos socialistas contemporáneos..."

Ante tales aseveraciones que no pretendían más que poner en evidencia del aislamiento de los marxistas rusos, Lenin discrepa de ella exponiendo que, en el planteamiento de ese punto del programa marxista ruso, lo que expresa no es como dice ella “el más puro de los lugares comunes” si no que está referido a los movimientos nacionales democráticos burgueses, que como es sabido ya terminaron sus revoluciones burguesas conformando su Estado nación, en cambio en Rusia no se da ese principio. Recalcando para justificar su análisis este importante comentario:

“En la Europa continental, de Occidente, la época de las revoluciones democráticas burguesas abarca un lapso bastante determinado, aproximadamente de 1789 a 1871. Esta fue precisamente la época de los movimientos nacionales y de la creación de los Estados nacionales. Terminada esta época, Europa Occidental había cristalizado en un sistema de Estados burgueses que, además, eran, como norma, Estados unidos en el aspecto nacional. Por eso, buscar ahora el derecho de autodeterminación en los programas de los socialistas de Europa Occidental significa no comprender el abecé del marxismo.”

En Europa Oriental y en Asia, la época de las revoluciones democráticas burguesas no comenzó hasta 1905, de ahí se deduce que Rusia estaba en ese momento atravesando ese periodo histórico y de tal manera hacen explícito en su programa ese importante punto.

En este apartado del análisis de R. Luxemburgo criticado por Lenin, desliza el ejemplo de Austria para afirmar sus supuestos y Lenin le replica sobre la base de la constitución como Estado nación de Austria, distinguiendo diferentes condicionantes en Rusia y en Austria como la uniformidad rusa predominante frente a la heterogeneidad austriaca, aunque esta uniformidad sólo se daba en el centro del país, Siendo los alógenos (extranjeros) el grupo mayoritario un 57 % establecidos en la periferia. Al mismo tiempo le lanza una puya importante al identificarle en el programa de los socialdemócratas austriacos, a través del ponente polaco Reger, incluían entre sus aspiraciones la de la unificación nacional, de la libertad e independencia de sus pueblos.

A saber, La monarquía austriaca por aquel entonces se extendía por toda Europa central, desde la frontera con Suiza hasta la lejana Bucovina, en la frontera de Rusia con Rumania. Tenía una Constitución dualista en la que el reino histórico de Hungría contaba con un parlamento propio, radicado en su capital Budapest, en tanto el parlamento austriaco se encontraba en Viena. Tenían en común el arancel aduanero, la política exterior y el ejército. Las decisiones se acordaban en común entre los dos países a través de delegaciones a sus parlamentos respectivos. La constitución burguesa de 1867 prometía la igualdad de derechos, pero era papel mojado. Se propuso la idea de conformarse a la manera cantonal como en Suiza, estando en esto a favor el emperador austriaco Francisco José. El problema fue que las nacionalidades de sus ciudadanos eran diversas y variables en cada uno de los territorios y los choques entre ciudadanos, sobre todo lingüísticos eran frecuentes. En el reino de Hungría los magiares ocupaban un lugar privilegiado frente al resto de nacionalidades. Algo menos evolucionado, los problemas surgían por cómo llevar a cabo la modernización económica del país, la elección del idioma en la escolarización, sobre el idioma oficial o el vernáculo en los asuntos burocráticos.

En ese complicado Estado dual, la socialdemocracia austriaca no quería romper la conformación del marco legal. En su empeño de impedir la desintegración de la monarquía desembocó en el tratamiento no traumático de la llamada “autonomía cultural”, a la cual Lenin se opondría.
A diferencia de los austriacos, la socialdemocracia rusa el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR), no tenía existencia legal bajo la autocracia zarista. Desde su primer Congreso (1898) defendía el derecho de las naciones a su autodeterminación, de acurdo con la célebre resolución de la II Internacional en el Congreso de Londres (1896), reafirmada como hemos dicho en el Congreso del POSDR de 1903. La rusificación brutal y sin escrúpulos le confería al Imperio zarista el grado de “cárcel de pueblos”.

La burguesía siempre va actuar como la clase hegemónica imperante, viene a decir Lenin en los movimientos nacionales, pero el proletariado debe aprovechar esta circunstancia y luchar por su ideal de emancipación, al interés de su lucha de clases. La burguesía siempre empujará hacia su objetivo y frente a él se ha de encontrar el proletariado sin garantizar nada a ninguna nación ni comprometerse a dar nada a expensas de otra nación. Este planteamiento es el que contrapone a los argumentos de “practicismo” de R. Luxemburgo ante el programa de los marxistas rusos. En este contexto habrá que recordar la Comuna de Paris, no fue practica a los intereses de la burguesía francesa, que incluso tuvo que aliarse con los mismos enemigos en su guerra para derrotar a los insurrectos.

Así se le espetaba esto a los marxistas rusos:

“Se nos dice: apoyando el derecho a la separación, apoyáis el nacionalismo burgués de las naciones oprimidas.”. ¡Esto es lo que dice Rosa Luxemburgo y lo que tras ella repite el oportunista Semkovski, único representante, por cierto, de las ideas de los liquidadores sobre este problema en el periódico de los liquidadores!”

En estas líneas lo que viene a decir Lenin es que mientras se oponía R. Luxemburgo a la autodeterminación de Polonia, estaba favoreciendo con sus argumentos a la clase burguesa nacionalista rusa, aún más feudal y retrogrado:

“En todo nacionalismo burgués de una nación oprimida hay un contenido democrático general contra la opresión, y a este contenido le prestamos un apoyo incondicional, apartando rigurosamente la tendencia al exclusivismo nacional, luchando contra la tendencia del burgués polaco a oprimir al hebreo, etc., etc.”

El planteamiento que desarrolla Lenin es un planteamiento de nulidad de privilegios de nación alguna, con una inquebrantable postura de igualdad entre naciones y obreros.

En este apartado de la reflexión de Lenin arremete contra el Partido Demócrata Constitucionalista, al que le echa en cara que nunca haya estado a favor del Derecho a la autodeterminación, a pesar de aparecer el subterfugio del derecho de autodeterminación cultural en su programa.
Centrados en los razonamientos de los señores Sávenko y Kokoshkin del Partido Demócrata Constitucionalista despliega Lenin su batería de ideas para vencer esas posiciones nacionalistas a ultranza del Estado ruso, hablando acerca del problema ucraniano. Ante tal desvarío uniendo a la crítica a R. Luxemburgo que expresaba posiciones favorables a que el divorcio fuese tratado por los Parlamentos centrales, presenta como ejemplo el derecho al divorcio que los mismos reaccionarios hablan de romper las familias si se lleva a delante y aduce que:

“Pero la democracia considera que los reaccionarios son unos hipócritas, pues, en realidad, defienden la omnipotencia de la policía y de la burocracia, los privilegios de un sexo y la peor opresión de la mujer; considera que, en realidad, la libertad de divorcio no significa la "disgregación" de los vínculos familiares, sino, por el contrario, su fortalecimiento sobre los únicos cimientos democráticos que son posibles y estables en una sociedad civilizada.”

Este capítulo se cierra desgranando una verdad irrefutable y es que al proletario con conciencia le da igual sea explotado por el burgués propio o el alógeno, si con ello significa no conseguir su emancipación. El obrero con conciencia de clase le son indiferentes los privilegios de los capitalistas rusos, como los de otra nación constituido o por constituir. El desarrollo del capitalismo proseguirá si no se enfrenta. Y así dice de mantener una profunda neutralidad con la burguesía de su nación ya que, si perciben desde el proletariado de otro país los apoyos a la burguesía nacional, ésta será recelosa y no confiará, debilitando la solidaridad internacionalista de clase. Y el negar el derecho a la autodeterminación, o a la separación, significa indefectiblemente, en la práctica, apoyar los privilegios de la nación dominante.

En el punto sexto razona sobre la separación de Noruega de Suecia y como R. Luxemburgo la utiliza para apoyar sus tesis. Le espeta si ha llegado a razonar en ¿si la socialdemocracia necesita, en un Estado de composición nacional heterogénea, un programa que reconozca el derecho a la autodeterminación o a la separación?. A lo que Rosa no responde y da continuas vueltas como cuando menciona al periodiquillo de Cracovia Naprzód, del cual se sirve para tomar la postura contraria a la que expresa. Le da un repaso histórico ateniéndose al materialismo histórico, demostrando los continuos roces entre estos dos países y así en agosto de 1905 a través de un referéndum decidieron no tener el mismo rey que Suecia. Le recuerda el hecho histórico de la integración de Noruega en el reino de Suecia:

“Noruega fue entregada a Suecia por los monarcas durante las guerras napoleónicas, contra la voluntad de los noruegos y los suecos hubieron de llevar tropas a Noruega para someterla. Después de eso durante largos decenios. A pesar de la autonomía de extraordinaria amplitud que contaba Noruega (Parlamento propio), constantes roces entre Noruega y Suecia, y los noruegos procuraron con todas las fuerzas sacudirse el yugo de la aristocracia sueca.” Esto fue en agosto de 1905 y Lenin siempre lo pondría como ejemplo del buen hacer autodeterminativo pacifico de una nación.

El punto séptimo del análisis versa sobre el reconocimiento de la socialdemocracia del Derechos a la autodeterminación. Tal como dice el acuerdo del Congreso Internacional de Londres celebrado en 1896, declara encontrarse a favor de tal Derecho, expresando sus simpatías a los obreros de todas las naciones que sufran el yugo de un Estado opresor. Cita a los srs. Semkovski, Libman y Yurkévich, los cuales parecen no conocer el acuerdo, pero en cambio R. Luxemburgo si lo conocería. Ella se basaría en el carácter declarativo de la Resolución para no darle la importancia que tenía. Este hecho sacó de los nervios a Lenin que indica en el análisis las tres posiciones se defendieron:

- El punto de vista de los “fraquistas”
- El punto de vista de R. Luxemburgo
- El que desarrollaría C. Kautsky

El punto octavo del trabajo de Lenin sostiene este la posición favorable de K. Marx a la autodeterminación de los pueblos poniendo como ejemplo a Irlanda, que en un principio no la veía, aunque luego si la apoyó con fuerza. Señala en las cartas de Marx el tremendo odio mantienen los obreros ingleses sobre los irlandeses y expresa que todas las infamias inglesas tienen su origen en la esfera irlandesa, señalando como una de las causas el sojuzgamiento de este pueblo por el inglés a través de las armas. Marx de este modo cambiaría su postura respecto a Irlanda como refleja esta anotación que realiza Lenin:

“La clase obrera de Inglaterra no podrá liberarse mientras Irlanda no se libere del yugo inglés. La esclavización de Irlanda fortalece y nutre a la reacción en Inglaterra”

El siguiente punto lleva a tratar el Programa marxista de 1903, relata las posturas incluso anteriores que dieron paso a este posicionamiento en el Congreso marxista, como por ejemplo la de Plejanov, al que los ponentes de la delegación polaca no le apoyaron, discutiéndole sus ideas. Sus posturas iban encaminadas a defender una "autonomía nacional cultural", lo cual significaba de alguna forma posicionarse al lado del partido liberal recién constituido, el Partido Demócrata Constitucionalista (Kadetes) de la Rusia de ese tiempo.

Los polacos fueron al II Congreso (1903), declarando que era imprescindible y urgente la unificación. Pero lo abandonaron tras de sufrir "reveses" en la comisión de programa, y su última palabra fue una declaración escrita, en la que se hacía la precitada propuesta de sustituir la autodeterminación por la autonomía nacional cultural tal y como figura en las actas del congreso.

Es en este apartado cuando Lenin carga contra Trotski advirtiendo que en ningún lugar los marxistas polacos dejan entrever la supresión del programa de los marxistas rusos el punto 9 del Derecho a la autodeterminación de los pueblos. Dice de él. ¡Trotski obsequioso, enemigo peligroso! Y le atribuye la expansión de chismes. Directamente lo califica de liquidador y sus palabras como atestiguan el escrito no hacían fiarse de él:
“Trotski jamás ha tenido una opinión firme en un solo problema serio del marxismo, siempre "se ha metido por la rendija" de tales o cuales divergencias, pasándose de un bando a otro. En estos momentos se halla en la compañía de bundistas y liquidadores. Y estos señores no tienen muchos miramientos con el partido.”

Finalmente, en el punto de conclusiones, Lenin defiende la postura de la inclusión del Derecho de autodeterminación de las naciones, alejarse de cualquier tentación nacionalista que enfrentase a los obreros de los pueblos entre sí. Propugnar la unidad de la lucha proletaria y de las organizaciones proletarias, su más íntima fusión en una comunidad internacional.

A modo de resumen diríamos que la disputa entre Rosa Luxemburgo y Lenin se salda históricamente a favor de este último ya que la reunificación e independencia de Polonia se daría en 1918, un poco antes de su muerte. Los calificativos de utópica o irrealizable dedicados al programa de los marxistas rusos se convirtieron en posibles y por otro lado las ideas de Lenin iluminaron el cielo de las naciones y obreros pretendían su emancipación del país opresor.

Por último, sacar la conclusión de que Lenin y los marxistas rusos consiguieron despejar todas las dudas nublaban este concepto focalizándolo en su trasfondo de clase en la cuestión nacional. Por eso sus posiciones eran bien esquematizadas y fundamentadas, sin caer en las tentaciones del nacionalismo de la burguesía de las nacionalidades oprimidas, ni tampoco en la represión de la burguesía naciente rusa, sojuzgadora de la clase obrera. Tenían que mantener firmemente una política de independencia de clase en todo momento. Por otro lado Lenin a lo largo de este trabajo de 1914 acerca de la Autodeterminación de los Pueblos deja entrever con sus análisis el no apoyar la Federación, ni las autonomías por ser herramientas utilizadas por liquidacionistas, burgueses y oportunistas.

 

 


 

 


 

 


MAGDALENAS SIN AZUCAR

 


Esta novela habla de personas, pasionalmente de personas. De sus sueños, sus esperanzas, quehaceres, sus penas, sus alegrías, de las amarguras de una vida que nunca sabes por donde te va a llevar, ni si has acertado con el camino elegido. O creyéndote feliz, en una familia acomodada puedes bajar hasta los mismos infiernos.

Es una historia en un tiempo para valientes y también para mezquinos y ruines. En las más de cinco décadas donde discurre la novela, desde el ´34, antes de la Guerra Civil hasta bien entrado el periodo conocido como democracia, los personajes: Felipe, María, Jaime, Miguel, Antonio, Braulio, Elvira, Antonia, Clara, Emilio, Gervasio, etc. entrelazan sus vivencias, sumergiéndote el autor en sus vidas tal como si fueses tú uno de los personajes de la novela. Te hace preguntarte qué hubiera hecho cualquiera de nosotros en esas circunstancias en las que se encuentran los personajes.

El lenguaje expresivo de los protagonistas es rico, fluye su lectura con avidez, te hace sentir dentro de la trama, te proporciona conocimientos del modo de vida se desempeñaban en ese pueblo de la Mancha, que bien podría ser el de cualquier otro lugar del Estado. Sientes el sangrar, la angustia de esa España sacrificada y pisoteada, para mí tan bien representada entre Braulio y Miguel, dos hermanos enfrentados. Uno encarna esa España cruel, sanguinaria, egoísta, ruin, capaz de todo para conseguir sus fines, Braulio no te deja indiferente, el otro inocente, medroso, ajeno al futuro se le viene encima, pero a la misma vez feliz y como esta España representa, capaz de echarse a la espalda cualquier contratiempo. Ese es Felipe o como dice el autor el Jilguero "canta mal, pero canta mucho para compensar". A Felipe le apodaban el jilguero.

La trama avanza entre sucesos inevitables inherentes a la condición humana, la rivalidad, la venganza, el odio, los menosprecios, todos provocan y no te dejan impasible. La forma de comportarse de Braulio con su hermano durante tantos años, la ternura de quien sabes te ama y nunca te va a traicionar a pesar de las penurias, la furia del dominador que nunca ofrece indulgencia, si no recrearse en el dolor y el sufrimiento del débil y perdedor, la venganza que siempre llega aun a riesgo de sacrificar la de uno mismo, la ternura para tus mayores y también para quienes apenas levantan del suelo, la furia del rebelde que se resiste a entregar la libertad, a entregar la II República. Todo ello es esta novela.

Y por encima de todo esa España implacable, autoritaria. “Magdalenas sin azúcar” es esa metáfora de uno de los capítulos, aun hoy irresoluble, de no tener Libertad, pero te has de comer las magdalenas para seguir luchando y para tragarlas las endulzas con aguardiente, si no le echas no se pueden comer, y si las remojas te abrasan la garganta. Así es esa contradicción.

Así de duro es imaginar como se ceba con los desposeídos el infortunio de ver desalojados de sus pobres hogares, pero al fin y al cabo hogares por anegar una comarca con las aguas del Júcar, dejando tras de sí una parte de tu vida ya a tus mismos seres queridos bajo las aguas. En la novela es Juncos el pueblo elegido, pero en la realidad fue Gascas de Alarcón, un pueblecito que quedó anegado por la construcción del Pantano de Alarcón, que se inició en 1946.

Al final todo queda en “¿quién llevará flores a los muertos de Juncos si están bajo las aguas del pantano? Terrible metáfora para que nunca olvidemos de dónde venimos y quienes nos criaron para llegar a lo que hoy somos.

Genial mi amigo Paco Arenas, me has hecho sentir ternura, cariño, amargura, rabia y dolor al comprobar que hay veces que las cosas no pueden terminar lo bien que uno quisiese. Uno siente rabia de tanta injusticia, tanto sufrimiento, tanta desazón, pero sabe que es la semilla brotara aun con más fuerza trayendo nuestra ansiada III República. 

Recomiendo totalmente la novela, no te dejará indiferente, te imbuirá en ese tiempo. Te hará ver de donde vienes, cómo y tan doloroso fue aquel periodo de nuestra historia reciente, porque has de luchar contra los cuervos negros, la oscuridad. Nunca desfallecer en la perseverencia de alcanzar los sueños como en la novela hace Felipe, aun a riesgo de sus últimas consecuencias.

Termino diciendo que esta obra bien merecería una recreación cinematográfica, en mi caso porque no tengo posibles, si no ya estaría mirando la forma. Puedo asegurar y pondría la mano en el fuego que cualquiera de los directores actuales españoles extraería una maravillosa historia de entre sus páginas.  


Grande Paco!



TESIS SOBRE FEUERBACH









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