MAO TSE TUNG EN MOSCÚ (1949) JUNTO A JOSEF STALIN
Desde 1978 (e incluso antes), se desarrolló una pugna
ideológica entre la URSS y China sobre la pureza respectiva en el camino hacia
la construcción de un estado comunista.
Aquellas batallas verbales provocaron escisiones decisivas
entre sus respectivos Partidos Comunistas y, lógicamente, en el devenir de
ambas potencias. Maoístas y prosoviéticos chocaban frontalmente, pero el tiempo
cura todas las heridas.
Moscú y Beijing, en 2015, mantienen unos lazos más estrechos
y firmes que nunca, ante el peligro global que entraña la política del gobierno
de los EE.UU. de Norteamérica.
MAO CON NIKITA KRUSCHEV EN 1958. NO FUE UNA GRATA VISITA, A
PESAR DE LAS SONRISAS. A PARTIR DE ESE AÑO COMENZÓ EL ENFRIAMIENTO DE LAS
RELACIONES ENTRE PEKIN Y MOSCÚ
El nexo chino-ruso recibió la respuesta occidental con el
pacto entre Washington y Bruselas, cuya guinda se alza en la tarta envenenada
del TTIP.
Resulta en extremo significativo que 25 años después de la
“caída” (más bien derribo) del Muro de Berlín y la traición de Gorbachov a los
más elementales principios del marxismo, China optara por una senda a la que
llama “socialismo de mercado” y hoy se haya convertido en la primera potencia
económica del mundo.
El profesor Linfa explica esa vertiente económica, en un
análisis que considero excelente en su contexto general, cuyo link dejo al
final de la entrada.
ECONOMIA SOCIAL DE MERCADO
EL MINISTRO DE ECONOMÍA LUDWIG ERHARD (QUE EN 1963 SE
CONVERTIRÍA EN CANCILLER) RECHAZABA LAS “RADICALIDADES” DEL SOCIALISMO Y EL
CAPITALISMO
Este apelativo tiene una de sus raíces en la concepción de
economía social de mercado de Ludwig Erhard, quien fuera ministro de economía
de Alemania durante el largo período 1948-1963.
La economía social de mercado de Erhard “rechazó de raíz el
colectivismo y la planificación estatal no conforme con el mercado libre”, o
mejor dicho, con las tendencias de la economía internacional de mercado, pero
también “partió de un rechazo igualmente firme del laissez fairedel
liberalismo clásico”.
En resumen, podría decirse que esta doctrina de Erhard
rechazaba abiertamente aquellos puntos de las doctrinas socialista y
capitalista que, representando posturas extremas o demasiado recalcitrantes
(por no llamarles pragmáticas), pudieran obstaculizar la libre competencia
comercial o favorecer de manera desigual a alguna de las partes involucradas en
este proceso.
Así, “la política de la Economía Social de Mercado” se
inspira “en la idea de armonizar, sobre la base de una economía de libre
competencia, la libertad personal con un creciente bienestar y seguridad
social, reconciliando a los pueblos mediante una política de aperturismo
mundial”.
LA VERSIÓN CHINA DE LA ECONOMÍA SOCIAL DE MERCADO HA
SUPUESTO QUE HASTA EL FMI RECONOZCA QUE EE.UU. YA NO ES LA 1ª POTENCIA
MUNDIAL
Evidentemente, esta noción surgió en el máximo punto de la
Guerra Fría y la bipolaridad Este-Oeste, y las desigualdades sociales no habían
llegado a un punto tan alto como en la actual era de la globalización.
“Con la caída de la Unión Soviética y la reorientación de
los mecanismos de crecimiento económico en China y otras sociedades comunistas
supervivientes, existe una economía capitalista mundial en un sentido más
completo que nunca”, con las consecuentes desigualdades a que se hacía
referencia antes.
LA POBREZA GOLPEA CON FUERZA A MILLONES DE PERSONAS,
MIENTRAS LAS DIFERENCIAS SALARIALES AUMENTAN.
Véase así: la desigualdad en el seno de las sociedades
(tanto las industrializadas como las que están en vías de desarrollo) ha
aumentado, cosa que también ya se mencionó, pero creciendo de manera alarmante
el número de pobres y gente sumida en la miseria más extrema y desoladora.
En fin, que China ha tenido que adaptarse a la economía de
mercado pero sin descuidar sus funciones sociales esenciales en las que se
funda su política de Estado, a fin de evitar que su pueblo caiga en esa
terrible miseria.
Definitivamente, “los aspectos destructivos del crecimiento
económico ilimitado son tan omnipresentes y visibles que ningún estado ni
corporación industrial puede ignorarlos”.
“Marx percibió el capitalismo como un monstruo, una manera
irracional de conducir el mundo que supedita la satisfacción de las necesidades
humanas al mercado”, y ello es lo que dio origen a la noción de economía social
del mercado, precisamente para aliviar un poco la tensión de estas
desigualdades.
En diferentes análisis acerca del socialismo puro
EL PARTIDO COMUNISTA CHINO DECIDIÓ IMPLEMENTAR UN MODELO EN
EL QUE, SIN MODIFICAR SU SISTEMA POLÍTICO NI SU RÉGIMEN DE GOBIERNO, PUDIERA
ACTUAR DENTRO DEL ÁMBITO INTERNACIONAL DE LIBRE MERCADO
Anthony Giddens, Director de la London School of Economics
and Political Science, y David Schweickart, investigador de la Loyola
University of Chicago, “consideran que el socialismo de Estado conforma un
modelo de gestión de las empresas económicamente inefectivo y políticamente
autoritario” y que “las decisiones económicas en un sistema complejo y mundial
no pueden ya ser subordinadas efectivamente a una planificación centralizada”.
Así, “el Partido Comunista de China decidió implementar un
modelo en el que, sin modificar su sistema político ni su régimen de gobierno,
pudiera actuar dentro del ámbito internacional de libre mercado, con la
regulación del Estado pero sin su intervención directa, permitiendo de ese modo
el intercambio comercial con otros países y fomentando la inversión extranjera
y el consumo en su mercado interno”, a la vez que cuidando el bienestar del
pueblo chino.
*Qi Linfa es Consejero Económico y Comercial de la Embajada
de la República Popular China en Chile
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