Con ocasión de la II Cumbre
UE-CELAC en Bruselas, colectivos y organizaciones sociales de Europa y América
Latina y el Caribe se han reunido durante tres días, del 8 al 10 de junio, en
las Jornadas de Movilización por la Soberanía de los Pueblos frente al Poder de
las Transnacionales y la Arquitectura de Tratados de Comercio e Inversiones.
Los delegados de las
organizaciones de América Latina y la red Europea de sindicatos y
organizaciones de la sociedad civil Alter Summit se encontraron para
intercambiar experiencias sobre las resistencias populares a las políticas de
austeridad y al modelo de políticas extractivistas. Redes de ambas regiones
respaldan la auditoría pública de la deuda que se está realizando en Grecia y
la anulación de toda deuda ilegítima.
Se presentaron diversos
testimonios sobre el acaparamiento de territorios, el desplazamiento forzado de
la población y los daños medioambientales causados por las empresas
transnacionales. Asimismo, se denunció el asesinato y desaparición de 116
defensores de derechos humanos en América Latina durante 2014.
Las violaciones de derechos humanos
se cometen a menudo con el consentimiento de las autoridades locales y
nacionales, quienes protegen los intereses de las empresas multinacionales
europeas (y latinoamericanas) bajo el paraguas de la inversión en el desarrollo
de la región. Los numerosos tratados bilaterales de comercio e inversión
existentes han articulado un mecanismo de impunidad ante la violación de
derechos humanos por parte de las transnacionales, el caso de Chevron, en
Ecuador, es un ejemplo de ello.
La Segunda Cumbre UE-CELAC se desarrolla
bajo el lema “Modelar nuestro futuro común: trabajar por unas sociedades
prósperas, cohesivas y sostenibles para nuestros ciudadanos”. Sin embargo, las
organizaciones denuncian que las relaciones bi-regionales tienen un objetivo
único, fortalecer y desarrollar los Tratados de Libre Comercio, como muestran
las negociaciones actuales en torno al TTIP, TISA y TPP.
Al mismo tiempo los gobiernos de
la UE no participan, de manera constructiva, en la negociación de un
instrumento internacional vinculante para las empresas en materia de derechos
humanos, tal como lo aprobó el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas
en junio de 2014 (A/HRC/26/L.22/Rev.1) a fin de obligar a las empresas
transnacionales a respetar los derechos humanos.
En el acto final de los Días de
Movilización, representantes de comunidades latinoamericanas afectadas por las
acciones de las empresas multinacionales organizaron ‘el Tour de la impunidad’,
un recorrido por el barrio Europeo de Bruselas donde existe una gran concentración
de oficinas que albergan a los lobbies encargados de defender los intereses de
los mayores conglomerados empresariales. El recorrido visibilizó los mecanismos
de influencia de las multinacionales sobre las instituciones europeas.
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