En un ambiente sin precedentes en la
historia de militarización de la política, se desarrollan las elecciones de
mitad de periodo para el Congreso, en Estados Unidos.
Según opinó el columnista Nikolai Malishevski en un
artículo del diario ‘Fond Strateguicheskoi Kulturi”, el estado
norteamericano siempre saca provecho de las guerras: la inestabilidad
internacional beneficia al dólar y la demanda de los bonos del Gobierno en
estos momentos aumenta bruscamente.
“Los polígonos de las guerras futuras –Oriente
Medio y Ucrania– ya se están preparando“, señala el periodista.
Así, el secretario general de la OTAN, Jens
Stoltenberg, anunció que el Estado Islámico y Rusia son las principales
amenazas para la Alianza.
Lo mismo afirmó el ministro de Defensa estadounidense
Chuck Hagel: en su opinión, el Ejército estadounidense debe enfrentar a Rusia y
los terroristas islamistas y, por tanto, “el Pentágono necesita más dinero“.
Según Malishevski, el mayor beneficio de las guerras
lo obtiene el complejo industrial-militar de EE.UU.: al terminar una campaña
militar, el país trata de alimentar un nuevo conflicto en otra parte del mundo.
De acuerdo con ‘South China Morning Post’, la
guerra aérea de EE.UU. en Irak y Siria “fue un verdadero regalo del cielo” para
los fabricantes de armas estadounidenses.
“Con el fin de mantener esta tendencia, se demoniza
al Estado Islámico, a la par con Rusia, clasificada por Barack Obama como una
de las principales amenazas para la humanidad“, explica el periodista.
Y concluye su artículo con una cita del libro del
escritor y publicista ruso Nikolai Starikov ‘La salvación del dólar es la
guerra’:
“EE.UU. necesita la
guerra. Guerra en todas las partes. Preferiblemente, una guerra nuclear
limitada y con las manos ajenas. Y van a iniciarla siempre que puedan“.
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