Desde una perspectiva de clase
este concepto genera diversas interpretaciones que han de ser resueltas para su
posterior entendimiento y decisión. Llamamos R.B.U. a una renta igual,
universal y económica percibida del estado a cada uno/una de los oriundos de
ese país y con la cual se entendería cubierto un mínimo umbral de sostenimiento
económico individual, sin ninguna condición para su concesión.
Muchas han sido las opiniones
vertidas acerca de este ingreso, también incorporado al análisis de partidos y
movimientos sociales para unos mantenerlo como vía de trabajo posterior y otros desecharlo por razones múltiples, en
el caso de esta postura estaría el partido Podemos, proclive en un primer
momento pero reticente al final, apostando por una Renta de Inserción paliadora
de injustas situaciones. Por otro lado la de IU que defiende esta propuesta,
aunque se muestra partidario de fomentar el “Trabajo Garantizado” para el común
de habitantes de este país. La postura del resto de partidos se establece
dependiendo de su envergadura, así los sostenedores del Régimen del ´78 la
rechazan PP, PSOE, PNV, UPyD, C´s o Convergencia, los minoritarios como Equo o
Bildu la apoyarían.
Se han creado ILP´s, mociones en
parlamentos, debates mil para desentrañar las virtudes de esta propuesta,
aunque lo último que se sabe es que no se llegó a alcanzar la cantidad de
firmas necesarias para ser tratado en el Congreso, lo que da idea del interés
suscitado en esta coyuntura de crisis estafa provocada por unos pocos, pero
inherente a la naturaleza intrínseca de un sistema como el capitalista
inhumano, devastador, insolidario y bárbaro.
Pasemos a analizar esta propuesta
desde una visión de clase. Parece obligado señalar en primer lugar que al
tratarse de una propuesta universal, englobaría a toda persona sin excepción
alguna, con lo cual daría lugar a que personas que justamente utilizan los
mecanismos de la explotación obtuviesen con este recurso una igualación a
quienes sufren esta condición desde el reconocimiento del estado, produciéndose
una paradoja.
Por otro lado no se entendería
como quien ya obtiene una renta desproporcionada en comparación al resto de
personas del estado, se les otorgara un complemento que no serviría más que
para señalar lo injusto del procedimiento al día de hoy. Por esta misma regla
de tres si nos ajustamos al aserto marxista “De cada cual, según sus capacidades; a cada cual según sus
necesidades”, se colige que siendo una propuesta
lineal o idéntica de ingreso para todo aquel/aquella se produciría
desigualdades en la aplicación de este método que intenta solucionar esta
injusticia, debido a que habría quien no llegaría a tener suficiente ingreso y
a quien le sobraría del mismo. Añadimos
para terminar en esta línea de argumentación que, por lo cual no se subsanaría
la dicotomía de quien es muy rico, rico porque seguiría siéndolo y quien es
pobre, aunque si se le paliaría de alguna manera.
Así con todo, revisados los contras de la propuesta,
reconociendo el carácter voluntarioso de la propuesta si hay que incidir en la
intención de dotar a la ciudadanía de cierta herramienta de autonomía para
deshacerse de la dinámica oprimente del trabajo como modo de insertarse en la
sociedad. A día de hoy tal cual está establecida la sociedad de clases resultante
del capitalismo se requiere de vías de escape, que deberían ser colectivas para
salir de este círculo vicioso que determina el capitalismo. Vías exploradas ya
por los clásicos del pensamiento filosófico como el yerno de K. Marx, Paul Lafargue con el
que se unió en esa visión emancipadora y revolucionaria al gran genio de la
teoría marxista en su obra “El derecho a la Pereza”, donde expuso con claridad
la dualidad de las sociedades capitalistas y la denuncia de la utilización del
trabajo como método enajenante para cautivar conciencias explotadas como bien
refleja este fragmento de su obra:
“Una extraña locura se ha apoderado de las clases obreras
de las naciones donde domina la civilización capitalista. Esta locura trae como
resultado las miserias individuales y sociales que, desde hace siglos, torturan
a la triste humanidad. Esta locura es el amor al trabajo, la pasión moribunda
por el trabajo, llevada hasta el agotamiento de las fuerzas vitales del
individuo y de sus hijos.”
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