Más de 75 por ciento de las
reuniones que los funcionarios de la Comisión Europea y sus asesores más
cercanos mantienen con grupos de presión son con representantes de empresas
privadas, según un análisis difundido el 24 de junio por Transparencia Internacional
(TI).
La conclusión fue revelada por EU
Integrity Watch, una nueva herramienta de TI para monitorear el lobby que
“trabaja con gobiernos, empresas y ciudadanos para detener el abuso de poder,
los sobornos y los pactos secretos”. "Hay un fuerte vínculo entre la cantidad
de dinero que gastas y el número de reuniones que recibes. Las organizaciones
con los mayores presupuestos reciben mucho acceso, sobre todo en las carteras
financieras, digitales y de la energía": Daniel Freund.
La evaluación actual de la
influencia que mantienen los grupos de presión en Bruselas sucede a un informe
que TI publicó en abril sobre el cabildeo en Europa y que analiza el lobby en
19 países europeos y en las tres instituciones de la Unión Europea (UE),
compuesta por la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el ministerial
Consejo.
El informe mostró ejemplos de la
influencia indebida en la política en la región y en Bruselas.
En ese momento, Elena Panfilova,
vicepresidenta de TI, dijo que “en los últimos cinco años, los dirigentes
europeos tomaron decisiones económicas difíciles que tuvieron grandes
consecuencias… Los ciudadanos tienen que saber que los tomadores de decisiones actuaron
en interés del público, no en interés de unos pocos”. El nuevo análisis de TI
revela que, de las más de 4.300 reuniones de cabildeo declaradas por los
funcionarios de nivel superior de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de
la UE, entre diciembre de 2014 y junio de 2015, más de 75 por ciento se
mantuvieron con grupos de presión empresariales.
Solo 18 por ciento de esas
reuniones se realizaron con organizaciones no gubernamentales, cuatro por
ciento con centros de investigación y dos por ciento con autoridades locales.
El lobby de las
corporaciones Google, General Electric y Airbus fue de los más activos, y las
dos primeras están entre las que más gastan en Bruselas. Cada una declaró un
presupuesto destinado al cabildeo en la UE de unos 3,5 millones de euros al
año. De las 7.908 organizaciones que se inscribieron voluntariamente en el
Registro de Transparencia, que comprende a los grupos de presión de la UE,
4.879 buscan influir en las decisiones políticas del bloque en representación
de intereses empresariales.
Las compañías transnacionales
Exxon Mobil, Shell y Microsoft dedican los mayores presupuestos al lobby, entre
4,5 millones y cinco millones de euros anuales, según sus propias declaraciones
al Registro.
Lobby empresarial recibe atención
privilegiada en la UE
El presidente de la Comisión
Europea, Jean Claude Juncker, dio instrucciones en noviembre de 2014 para que
los miembros del organismo “garanticen un adecuado equilibrio y
representatividad en las reuniones con las partes interesadas”. “La evidencia
de los últimos seis meses sugiere que hay un fuerte vínculo entre la cantidad
de dinero que gastas y el número de reuniones que recibes. Las organizaciones
con los mayores presupuestos reciben mucho acceso, sobre todo en las carteras
financieras, digitales y de la energía”, explicó Daniel Freund, de TI UE.
Según TI, el lobby empresarial
presta la mayor atención a las carteras del clima y la energía (con 487
reuniones), empleo y crecimiento (398), economía digital (366) y mercados
financieros (295). Los comisionados a cargo de las tres últimas, el finlandés
Jyrki Katainen, el británico Jonathan Hill y el alemán Günther Oettinger,
tuvieron una cantidad particularmente baja de reuniones con la sociedad civil
(tres, tres y dos, respectivamente), lo que representa entre cuatro y ocho por
ciento del total de las reuniones que declararon.
Mientras que las grandes ONG
internacionales, como el Fondo Mundial para la Naturaleza y Greenpeace, están
entre las 10 de organizaciones con mayor cantidad de reuniones, TI destacó que
los encuentros con la sociedad civil suelen celebrarse en mesas redondas con
varios participantes a la vez. En noviembre de 2014, el presidente de la
Comisión Europea, el luxemburgués Jean Claude Juncker, dio instrucciones sobre
los métodos de trabajo internos.
“Mientras que el contacto con las
partes interesadas es una parte natural e importante de la labor de un miembro
de la Comisión, todos esos contactos deben llevarse a cabo con transparencia y…
(se) debe tratar de garantizar un adecuado equilibrio y representatividad en
las reuniones”, señaló.
El nuevo análisis también reveló
que 80 por ciento de las 7.821 organizaciones registradas actualmente no
declararon una sola reunión con un Comisionado o su equipo, lo que demuestra
las limitaciones de las nuevas disposiciones sobre transparencia de la Comisión
Europea, que solo abarcan a uno por ciento del nivel superior de los
funcionarios de la UE y 20 por ciento de los grupos de presión registrados.
“La Comisión Europea debería ser
felicitada por prestar esta perspectiva del lobby ante los funcionarios de alto
nivel, pero esto es solo una parte del panorama”, sostuvo Carl Dolan, director
de TI UE.
“Los funcionarios tienen
reuniones de cabildeo en todos los niveles y se necesita una mayor transparencia
para tranquilizar a la opinión pública sobre la integridad de la formulación de
políticas de la UE”, añadió.
TI también encontró que muchas
organizaciones siguen ausentes del registro, incluso 14 de los 20 mayores
bufetes jurídicos del mundo con oficinas en Bruselas, como Clifford Chance,
White & Case o Sidley Austin. Once de esas 14 firmas sí están registradas
como grupos de presión en Washington, donde el registro es obligatorio.
“Mucha de la información que los
cabilderos presentan voluntariamente con el registro del lobby es inexacta,
incompleta o simplemente sin sentido”, aseguró Freund. Más de 60 por ciento de
las organizaciones que hicieron lobby ante la Comisión Europea sobre el TTIP no
declararon correctamente esas actividades, agregó.
Además, en el amplio paquete de
reformas de los servicios financieros, titulado “Unión de los mercados de
capitales”, muchos bancos, entre ellos HSBC, BNP Paribas y Lloyds, que
mantuvieron reuniones con funcionarios europeos sobre este tema, no declararon en
el registro su actividad en este ámbito.
El análisis de EU Integrity Watch
también reveló cientos de declaraciones completamente sin sentido, ya que
algunas organizaciones afirman que gastaron más de 100 millones de euros en el
lobby ante el bloque o que mantienen a decenas de miles de personas dedicadas
al cabildeo, lo que confirma la necesidad de controles más sistemáticos por
parte de la Comisión y, en última instancia, un registro obligatorio.
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