El 14 de septiembre, la
farmacéutica Bayer compraba al gigante del agronegocio Monsanto por un valor de
66.000 millones de dólares, creando la mayor compañía de de agroquímicos y
semillas del mundo.
Tras meses de rumores, la alemana
Bayer y la estadounidense Monsanto confirmaron que esta última aceptó la oferta
por 66.000 millones de dólares para fusionarse.
El laboratorio multinacional
Bayer, líder de la industria farmacéutica, decidió incrementar su línea de
negocios en la industria agrícola. A su ya desarrollada rama de agroquímicos
–comercializados por la firma CropScience que le pertenece– se suman ahora más
de 2.000 variedades de semillas cuya patente lleva la firma Monsanto.
Esta unión no se da en cualquier
contexto. Syngenta, competidor de origen suizo de Monsanto, fue recientemente
adquirida por la empresa estatal ChemChina. Los mercados occidentales más que
nunca se vuelven un terreno de disputa. Así, de las seis empresas
multinacionales dedicadas al agronegocio, la competencia se reduciría a cuatro
gigantes (ChemChina-Singenta/Bayer-Monsanto/Dow-DuPont/BASF).
Bayer cuenta hoy con alrededor de
117.000 empleados alrededor del globo, mientras que Monsanto tiene 23.000
aproximadamente. Con esta fusión, el negocio farmacéutico de la compañía
alemana a nivel global pasa a un segundo lugar, representando el 50% de su
actividad.
Dentro del mismo negocio
farmacéutico la empresa venía cambiando su intencionalidad comercial para el
desarrollo de medicamentos con exclusividad de patentes y alto costo, lo que
venía provocando despidos en las fuerzas de venta como sucedió en enero de este
año. Esta nueva compra puede incidir en el mismo sentido e implicar la pérdida
de nuevos puestos de trabajo, señalaron a Notas trabajadores de la empresa, que
ya han sufrido recortes de personal en anteriores fusiones.
Alimentación sustentable
En el comunicado que la nueva
corporación hizo público señalaron que el objetivo “está en cómo alimentar a
3.000 millones de personas más en el mundo en 2050 en una forma sostenible con
el medio ambiente”.
En este sentido, la Coalición
contra los Peligros de Bayer (CBG, por sus siglas en alemán) citó en un
comunicado al investigador de la compañía alemana, Hermann Stübler, quien
indicó que “desde hace más de 25 años, la industria fitosanitaria mundial no ha
desarrollado y puesto en el mercado ningún herbicida relevante para el cultivo
con algún nuevo mecanismo de acción; ésta es una de las consecuencias de la
consolidación de la industria, que ha ido acompañada de una considerable
reducción de la inversión en investigación de nuevos herbicidas”.
“En consecuencia, cada vez más
plantas silvestres se adaptan a esos productos y los agricultores tienen que
utilizar cada vez más agroquímicos, con efectos devastadores sobre la
biodiversidad”, añadió la CBG.
También denunció que no es la
primera vez que Bayer y Monsanto se unen. Entre 1954 y 1967 conformaron una
empresa conjunta (joint venture) llamada Mobay Chemical Corporation. Mobay
proveyó al Departamento de Defensa de los Estados Unidos de uno de los químicos
fundamentales para la generación del agente naranja utilizado durante la guerra
de Vietnam como parte de la Guerra Química.
El uso del Agente Naranja tuvo
como consecuencia –según la Cruz Roja de Vietnam– un millón de personas
discapacitadas o con problemas de salud y 400.000 muertos. Sin embargo, el
nombre de Bayer no quedó asociado a este hecho como sí lo ha hecho Monsanto.
Si es Bayer, ¿es bueno?
Desde diversos medios
internacionales se especula que la histórica farmacéutica planea deshacerse de
la firma de Monsanto, ya que esta empresa “tiene mal nombre”, mientras que los
alemanes gozan de buena fama por haber inventado la aspirina.
Sin embargo, Bayer ha enfrentado
juicios millonarios a lo largo de su historia. El más reciente en Argentina
tuvo que ver con la droga para el tratamiento del colesterol, comercialmente
conocida como Lipobay, que causó la muerte de un centenar de personas.
En ese caso, decidieron no
incluir los efectos adversos en el prospecto del medicamento, haciendo caso
omiso a reglamentaciones locales e internacionales en materia de salud
colectiva. Personas físicamente saludables que fueron recetadas con este
medicamento quedaron inválidas de por vida. El laboratorio tuvo que retirar en
2001 este medicamento del mercado en todo el mundo.
Luego de este “traspié”, las
acciones de Bayer empezaron a descender en la bolsa. La firma entonces recurrió
a la compra del laboratorio Schering, adquiriendo la línea de productos anticonceptivos
y oncológicos probados, que le permitieron levantar su decaída imagen y
continuar con sus exorbitantes ganancias.
Diagonal
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