Tras autorizar el congreso de la República el ingreso de tropa extranjera a territorio nacional, en resolución legislativa aprobada el 29 de enero, las tropas norteamericanas están llegando al Perú en tres etapas. El primer contingente, compuesto por 58 soldados, arribaba a territorio peruano el pasado 1 de febrero, donde permanecerá por un periodo de un año.
El segundo, formado por 67 soldados, lo ha hecho el día 15 de este mismo mes y según recoge el documento que lo autoriza, estarán por espacio de un mes y medio con fines de “entrenamiento”. El tercer contingente desembarcará el 1 setiembre de este año, en total 3.200 soldados norteamericanos, según la solicitud en calidad de visita por espacio de 6 días.
Fruto de los acuerdos de cooperación militar entre Perú y EEUU, el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos ha estado ayudando a las fuerzas militares peruanas a combatir a los insurgentes y narcotraficantes. Tras una misión de instrucción que se prolongó seis semanas en Villa Rica, un distrito de la provincia central de Oxapampa, a finales de noviembre retornaba a EEUU un equipo del Cuerpo Sur de los Marines de los Estados Unidos. La capacitación se llevó a cabo en esta zona montañosa, cuya geografía, comprendida por un área selvática de densa vegetación, se asemeja a la del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), donde se ha hecho fuerte el grupo terrorista Sendero Luminoso. Los Infantes de Marina de Perú mantienen una lucha permanente contra el grupo, que ha resurgido en los últimos años como consecuencia de su alianza con carteles de drogas.
Según recogía el Marine Corps Times, los Marines están ayudando a las Fuerzas Armadas del Perú a combatir estas amenazas insurgentes. El almirante Luis De La Flor Rivero, comandante en ese momento del Cuerpo de Infantes de Marina de Perú, afirmó que la lucha contra la insurgencia y los carteles en el VRAEM es su prioridad principal. Cada seis meses envía cerca de 600 de sus Infantes de Marina a la zona. Según el almirante, se está trabajando para incrementar el tamaño de su fuerza de 3.500 a 6.000 hombres, con el fin de aumentar el tiempo de permanencia de sus tropas entre las misiones. Dado que cada vez son más los Infantes de Marina que se envían al VRAEM, el entrenamiento que realizan con los Marines de los Estados Unidos es fundamental, precisó.
El General John Kelly, jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, visitó el VRAEM en septiembre pasado para analizar con las autoridades la mejor fórmula para que ambos países intercambien conocimientos en materia de combate. Según informó Kelly al Marine Corps Times, Perú estaba interesado en contrarrestar el creciente uso de artefactos explosivos improvisados (IED, por sus siglas en inglés) que los insurgentes y carteles utilizan para atacar a las tropas.
Por su parte, el Sargento de artillería Tim Lynch, técnico de la Unidad Móvil de Eliminación de Artefactos Explosivos, relató que trabajó con los peruanos para ayudar a identificar y abordar los tipos de artefactos explosivos improvisados con los que probablemente se encuentren en sus misiones. Las amenazas que enfrentan incluyen una mezcla de situaciones que los Marines estadounidenses han visto alrededor del mundo, incluidas las trampas explosivas que mutilaron a las tropas en las selvas de Vietnam. Lynch comentó que el terreno es completamente opuesto al que los Marines estadounidenses estaban acostumbrados en Afganistán o Irak, y presenta desafíos particulares para los peruanos. Se desplazan con machetes para abrirse paso entre la vegetación, tarea que lleva tiempo. Pero si toman rutas más cortas y transitadas, aumenta la probabilidad de encontrar IED en el camino, comentó.
Se entrenaron con aproximadamente 120 Marines que se dirigieron pronto al VRAEM y aproximadamente 50 comandos peruanos. Lynch comentó que los comandos tienen técnicos de Eliminación de Artefactos Explosivos (EOD, por su sigla en inglés) que se capacitan para enfrentar las amenazas. En septiembre, los Marines de los Estados Unidos, junto con la Fuerza de Tareas Aeroterrestre de Infantería de Marina para Objetivos Especiales del Sur, una unidad que navegó por Sudamérica a bordo del buque de asalto anfibio América, les enseñaron a los peruanos otro factor relacionado con los IED: los métodos de salvamento en combate.
“Con la experiencia en combate que hemos obtenido, les hemos enseñado a controlar una hemorragia, algo que ayudará a salvar vidas”, comentó el Sargento Médico Clarence Perry. “Deben enfrentar infecciones debido al entorno selvático; por lo tanto, querían saber cómo pueden utilizar las plantas de los lugares que los rodean”.
Siguiendo con la información que recoge el Marine Corps Times, Perry precisó que los peruanos no tienen acceso al equipo médico con el que cuentan los Marines de los Estados Unidos y los sargentos médicos, por lo tanto, querían aprender a utilizar sus materiales para ayudar a salvar las vidas de sus colegas. “No siempre cuentan con camillas para trasladar a los pacientes, por eso nos enseñaron algunas formas de cargarlos y cómo utilizar los uniformes para improvisar el traslado de nuestros compañeros a una zona segura”, comentó. El Cabo Edgar Alvarado, un instructor de combate en montaña que acaba de regresar de Villa Rica, señaló que el terreno en el que deben desplazarse los peruanos hace indispensable el uso de un equipo médico completo para trasladar a los Infantes de Marina heridos. Por lo tanto, les mostró cómo asegurarse de que las sogas que utilizan para hacer rápel y crear puentes respondieran a sus exigencias.
Alvarado comentó que observar el modo de operación de los peruanos en la selva le dio ideas sobre cómo de los Marines de los Estados Unidos pueden realizar los entrenamientos de combate en montaña. Los peruanos son innovadores, comentó, y demuestran que no hay una sola forma de hacer las cosas. Aseguró que planea compartir algunos consejos con su cadena de mando para entrenar a los Marines de los Estados Unidos en terreno montañoso.
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