El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, determinó hoy que ciertas actividades de Irán constituyen aún una “amenaza extraordinaria” para la seguridad de su país y, por tanto, justifican la imposición de sanciones, a pesar de los avances en las negociaciones nucleares entre el Gobierno iraní y seis potencias.
Obama prolongó hoy durante un año más una orden ejecutiva que declara una “emergencia nacional” por la amenaza que representa Irán para EE.UU., la misma medida que fue adoptada este lunes respecto a Venezuela y que en el caso iraní se ha renovado cada año desde 1995.
El mandatario argumentó que el plan que sirve como base a las negociaciones con el Grupo 5+1 (EE.UU., China, Rusia, Francia, Reino Unido y Alemania) “supone la primera vez en una década que Irán ha acordado emprender, y ha emprendido, acciones específicas que frenan el avance y dan marcha atrás a elementos clave de su programa nuclear”.
“Sin embargo, ciertas acciones y políticas del Gobierno de Irán son contrarias a los intereses de Estados Unidos en la región y siguen suponiendo una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional, la política exterior y la economía de EE.UU.”, dijo Obama en una carta enviada a ambas cámaras del Congreso.
“Por estas razones, he determinado que es necesario continuar con la emergencia nacional declarada con respecto a Irán y mantener la aplicación de sanciones integrales contra Irán para lidiar con esta amenaza”, añadió el presidente.
La declaración de “emergencia nacional” es una prerrogativa con la que cuentan los presidentes estadounidenses para proporcionar una base legal a la imposición de sanciones contra un país, y en el caso de Irán es solo parte de un complejo entramado de restricciones financieras.
Estados Unidos ha suspendido de forma “temporal y reversible”, en palabras de Obama, parte de sus sanciones a Irán como parte del Plan de Acción sobre las negociaciones nucleares que entró en vigor hace más de un año, por el que el Gobierno iraní accedió a congelar durante un tiempo los aspectos más polémicos de su programa nuclear.
Los países del llamado Grupo 5+1 negocian desde hace más de un año sobre el contenido y alcance del programa nuclear iraní, que Occidente teme que esconda el objetivo de producir armamento nuclear.
El plazo para alcanzar el acuerdo expira a fines de junio, pero ambas partes aceptan que para lograr cumplir con el plazo hay que alcanzar un acuerdo marco antes de finales de marzo, y así tener tres meses para pulir las decisiones técnicas.
Estados Unidos ya ha advertido de que no quiere extender más el plazo de las negociaciones, dado que la comunidad internacional ya ha concedido dos prórrogas a Irán.
La Ley de Emergencia Nacional respecto a Irán autoriza a EE.UU. a mantener las sanciones económicas contra el país persa, que expiran el 15 de marzo. La renovación de esta ley forma parte de las colosales sanciones impuestas contra toda la economía iraní.
EE.UU. ha impuesto restricciones a las actividades con Irán bajo varias autoridades desde 1979, después de la victoria de la Revolución Islámica de Irán que puso fin al régimen de Pahlavi, una monarquía apoyada por Washington. El estatuto más reciente, la Ley de Sanciones Amplias de Responsabilidad y Desincorporación de Irán (CISADA, por sus siglas en inglés), añadió nuevas medidas y procedimientos a la Ley de Sanciones a Irán de 1996.
Asimismo, a principios de 2012, EE.UU. y la Unión Europea (UE) aprobaron nuevas sanciones al petróleo de Irán y a su sector financiero.
El fundamento de estas sanciones ilegales promovidas por el Gobierno de Washington se asienta en la base errónea de que Irán podría perseguir objetivos no civiles en su programa de energía nuclear.
Irán rechaza, no obstante, la acusación, argumentando que como signatario comprometido con el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y miembro de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), tiene derecho a utilizar la tecnología nuclear con fines pacíficos.
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