El periodismo alemán pasa por ser
uno de los más respetables de Europa, pero en todas partes cuecen habas y las
que cuecen en Berlín son, por lo visto, estadounidenses. El libro que acaba de
publicar el periodista Udo Ulfkotte, con 17 años de experiencia en el
prestigioso diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, revela la práctica
extendida de los pagos a los medios alemanes por parte de EEUU y la OTAN para
promover su agenda, y en apenas dos semanas se ha convertido en un éxito de
ventas.
El libro titulado Gekaufte
Journalisten (‘Periodistas comprados’), documenta un trasiego de sobres
desde la embajada estadounidense en Berlín, con sede junto a la Puerta de
Brandemburgo, en dirección a las principales redacciones de medios alemanes,
diseminados por la ciudad. Apunta multitud de casos concretos, con nombres y
apellidos, una lista que cobra especial credibilidad porque su propio nombre
aparece en la lista.
El autor admite haber recibido dinero
de los servicios de inteligencia de EEUU por enfocar varios temas desde un
cierto punto de vista y denuncia que, gracias a este tipo de práctica, no son
pocos los medios de comunicación alemanes que se han convertido en sucursales
del servicio de propaganda de la OTAN.
La obra ofrece un informe
sistemático que identifica qué periodistas están relacionados con qué
organizaciones de lobby, como Atlantik-Brücke, Trilaterale Kommission,
German Marshall Fund, American Council on Germany, American Academy, Aspen
Institute y el Instituto para la Política Europea. Ulfkotte sugiere que hay
listas de periodistas que circulan entre estas organizaciones, periodistas a
los que se puede llamar para determinadas campañas de imagen y que sirven para
orquestar artículos de información, editoriales, intervenciones en tertulias
radiofónicas y televisivas, creando un conjunto que silenciosamente domina la opinión
pública alemana.
“La idea de escribir este libro
surgió hace cuatro años, durante una conversación con un periodista con el que
yo mantenía una relación de amistad paternal, Peter Scholl-Latour. Decidí que
había que escribir de una vez la verdad sobre lo que hacen los medios
alemanes”, relata el autor. “Ahora estoy preparado para asumir las
consecuencias que seguramente tendrá para mí la publicación de este libro”,
añade. Sobre su propia participación en este sistema de manipulación de la
opinión pública, afirma: “Me avergüenzo de ello, me encontré sin quererlo
apoyando el belicismo como una extensión del largo brazo de propaganda de la
OTAN, y lo único que puedo hacer para reparar ese mal es contar toda la
verdad”.
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