Breve reflexión acerca el carácter
ciudadanista de Podemos, o más bien de quienes pilotan la nave de esta
organización con la aquiescencia de gran parte de acólitos y palmeros co-fundidos.
Considerar a una organización
política ciudadanista para vaciarla de cualquier contenido de clase significa por
un lado circular por terrenos movedizos de profundización en el desclasamiento
y la desideologización de la sociedad particular que se analice, tal cual ha
sucedido en Italia con el surgimiento del movimiento “Cinco estrellas” de Beppe Grillo, una especie de amalgama de voluntades
difícilmente definidas en las que sobresale un entendimiento individualista y narcisista.
Por otro lado si nos paramos a analizar este factor a la
vista histórica del tiempo transcurrido, nos tenemos que retrotraer a las
consideraciones de la Revolución burguesa francesa, la cual instauro la ruptura
con el régimen medieval a través de la creencia de que las leyes, el estado,
los derechos individuales romperían con la configuración estamental de tal
sociedad, cuando en verdad lo que se concretó fue el ascenso de la clase
burguesa y la división social de la sociedad en burgueses y proletarios bajo el
seminal capitalismo.
De tal manera, podemos decir que una orientación ciudadanista
confiada en el ascenso al poder para preservar al estado el papel de arbitro de
las contradicciones de clase, cuando este nivel no es otro que el de garantizar
los intereses y privilegios de las clases dominantes es un suicidio en toda
regla, tal cual ha demostrado la historia a lo largo del tiempo.
Infinitamente mejor sería ahondar en la conciencia
de las clases explotadas y oprimidas con
un discurso emancipador que diseñara un futuro a través de la protesta,
insumisión y organización desde abajo a arriba con el fin de generar a no más
tardar la toma del poder político fortalecida la conciencia de las clases populares
y trabajadoras, y producir de esa manera el salto cuantitativo y cualitativo de
nuestra sociedad hacia el Socialismo como paso previo a la anulación del estado
como órgano de administración de los negocios de la clase dominante.
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